Ante la no renovación de la salvaguarda al sector acerero, es necesario que los mexicanos se protejan ante las amenazas que representa el ingreso de importaciones subsidiadas, señaló Tereso Medina, dirigente en Coahuila de la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
El también líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de las Industrias Metal-Mecánica, Sidero-Metalúrgica, Automotriz y Proveedoras de Autopartes en General, de la Energía, sus Derivados y Similares consideró que urge una reunión de empresarios y trabajadores del sector con la Secretaría de Economía para exponerle las consecuencias que ocasionará la no renovación.
Opinó que el gobierno de México, empresarios y trabajadores harían posible una alianza nacional para restablecer la salvaguarda al acero y con ello alcanzar los objetivos de conservar los empleos existentes, mantener la estabilidad laboral y fortalecer la competitividad de ese sector productivo.
Esta alianza, dijo, es necesaria ya que a partir del 1 de febrero venció la salvaguarda del gobierno federal que fijaba un impuesto de 15% a las importaciones de productos de acero de naciones con las cuales México no tiene convenios comerciales, como Rusia, China, Taiwán, India, Corea del Sur y Ucrania, entre otras.
Medina Ramírez alertó que con la cancelación aumentarían las importaciones siderúrgicas, con efectos negativos para la planta productiva. Recordó que la garantía, establecida desde 2015, tenía la finalidad de brindar una protección adecuada al mercado mexicano contra las importaciones subsidiadas y se renovaba cada seis meses, situación que no ocurrió el pasado jueves, con lo cual “el mercado nacional quedó completamente abierto”.
El dirigente sindical señaló que el crecimiento de las importaciones de acero subsidiadas en sus países de origen representa un peligro no sólo para las empresas y trabajos del sector siderúrgico, sino también para los empleos de otras ramas.
Sostuvo que China, el principal productor de acero en el mundo, ha inundado el mercado nacional desde hace varios años con artículos artificialmente baratos a los que otorga subsidios, con lo cual desplaza en el país al acero mexicano.
“Esto se suma a la deplorable situación en la que se encuentra la industria acerera por el impuesto de 25% fijado por el presidente Donald Trump a las exportaciones del sector a EU, y a los problemas de suministro que tienen las empresas por el bloqueo de las vías férreas en Michoacán”, opinó.