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maria.saldana@eluniversal.com.mx
A pesar de la reforma energética, Pemex mantiene un papel dominante en el mercado de combustibles que impide la competencia; no bajan los precios de gasolina y diésel, no crece sustancialmente el número de estaciones de servicio y hay riesgos futuros de desabasto, advirtió la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).
La perspectiva es que de seguir Pemex como agente de mayor poder en el mercado de combustibles existe el riesgo de que suban los precios por falta de diversificación en suministro de gasolinas y diésel.
Lo anterior significa que al ofrecer descuentos en función del volumen y de contratos a largo plazo, reduce la competencia, a costa de pérdidas que no se tienen contabilizadas porque no se conoce cuántos contratos da con descuentos ni se tiene detalle de esta política de reducciones.
Gran parte de la infraestructura portuaria, de transporte y almacenamiento de petrolíferos es de Pemex, sin mucha participación de privados. Lo que provoca que en México sólo haya tres días de inventarios efectivos de gasolina y diésel, mientras que Estados Unidos tiene para 27 días y Francia cuenta con 22.
El problema es que 89% de la infraestructura de almacenamiento está en manos de la petrolera y solamente 11% de la capacidad está con privados; 100% de los poliductos son de Pemex, medio por el que se transporta 76% de los petrolíferos.
Además, la empresa petrolera mexicana tiene presencia en 15 puertos del país, mientras que los privados solamente en tres, expuso Cofece.
En lo que se refiere al expendio al público de combustibles en México, se observa que las empresas que llegan al país cambian de marca, pero son las mismas, en otras palabras, no llegan inversiones para que haya más estaciones de servicio.
Además de que 76% de todas las gasolinerías operan bajo la franquicia de Pemex y hay limitaciones para cambiar de marca y/o proveedor. El otro 24% opera con otra marca, pero compran los petrolíferos a Pemex y sólo 6.2% importa gasolinas por actores distintos a la firma petrolera.
Se observó también que a pesar de la baja en los precios de referencia internacional del petróleo, esa disminución no se trasladó a consumidores finales, debido a la política fiscal en gasolinas y diésel.
“Al mismo tiempo que este mecanismo ha absorbido la volatilidad al alza mediante la reducción de recaudación, también absorbe bajas en el precio de los combustibles”, además de que los márgenes de las estaciones de servicio son altos, explicó.
Así, recomendó fomentar más participación de privados, modificar la normativa que obstaculiza a escala local el establecimiento de nuevas estaciones de servicio; obligar a Pemex a transparentar los procedimientos para que un franquiciatario concluya el contrato de franquicia y suministro, principalmente.