El enfoque ecológico y sustentable empieza a ganar terreno entre las habilidades técnicas que los trabajadores deberán tener para ser más competitivos en el mercado laboral, opinan especialistas consultados por EL UNIVERSAL.
Los empleadores estiman que todas las habilidades técnicas tendrán que cambiar al menos 64% para adaptarse a prácticas sostenibles, indica una encuesta levantada a escala global por ManpowerGroup.
Los empleos verdes o Green Jobs son puestos de trabajo que contribuyen a la conservación, restauración y mejora de la calidad del medioambiente en cualquier sector económico, agricultura, industria, administración y servicios, indican los especialistas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“Dichos empleos reducen el impacto ambiental de empresas y de los sectores económicos aumentando la eficiencia del consumo de energía, materias primas y agua, descarbonizando la economía y reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero, minimizando o evitando cualquier residuo y contaminación, restaurando los ecosistemas y la biodiversidad, y permiten adaptarse al cambio climático”, explican los analistas de la OIT.
Transición paulatina
En México estamos transitando un camino para hacer una sustitución en varias industrias hacia energías limpias, pero no en la misma medida que lo han hecho otras naciones más adelantadas. Aquí existen proyectos como el parque solar que se empieza a construir en Sonora, así como otros centros eólicos, comentó Alberto Alesi, director general de ManpowerGroup para México, Caribe y Centroamérica.
El manejo de los perfiles para atender tanto la construcción como el mantenimiento de ese tipo de tecnologías hoy lo tenemos, pero en similares términos, dijo el directivo.
“Por ejemplo, en el caso de los ingenieros de mantenimiento de turbinas eólicas, es probable que tengamos que tomar ingenieros metalmecánicos, mecánicos, electrónicos, que hoy lo están haciendo bien en otras industrias, y llevarlos con las debidas capacitaciones hacia el terreno de las energías eólicas”.
Lo mismo ocurre con la fabricación de vehículos eléctricos, actualmente se cuenta con personal capacitado en su mayoría para la tecnología de combustión, pero hacia adelante se va a requerir un porcentaje importante de personal convertido a nuevas habilidades, y eso es lo que ya hacen las organizaciones.
En el caso de Tesla donde todo es eléctrico, 80% del vehículo está hecho por computadora, hay mucho personal de las tecnologías de la información que se tiene que llevar a esa industria Entonces ahí ya se debe cambiar el perfil, ya no es una persona que ensambla motores a combustión, ahora hay que contratar a un técnico capacitado en el área de Tecnologías de la Información.
“Si ya tengo obreros en línea de producción a combustión, pues se hace un proceso rápido de upskilling (enseñanza de nuevas competencias) o reskilling (reciclaje profesional) y ya los puedo emplear en las cadenas de producción de automóviles eléctricos”.
Esto comprende a todas las actividades incluido el caso de la agricultura, esto pasa mucho en Europa, con el tema de las granjas 100% sostenibles, están trabajando con microclimas dentro de invernaderos utilizando agua reciclada, utilizando paneles solares, para llevar una granja ecológica no puedes contratar el mismo perfil tradicional del campo sin las capacidades técnicas.
En opinión de Alesi, ahorita se ve una especie de reversión: antes la gente del campo se iban a las ciudades, ahora se empiezan a ver jóvenes de las ciudades que se están trasladando hacia zonas agrícolas precisamente porque se necesitan este tipo de nuevas habilidades.
Prácticas atractivas
En México la adopción de prácticas medioambientales, sociales y de gobierno corporativo por parte de las empresas se presenta como un tema significativo en el entorno laboral, indican resultados de la encuesta realizada por OCC, una de las principales bolsas de trabajo en línea.
Al evaluar la percepción general sobre la adopción de estas políticas por parte de las empresas en México, 49% mencionó que algunas organizaciones están comenzando a integrar este tipo de prácticas, 21% afirmó que las organizaciones del país sí los están adoptando de manera efectiva, 13% consideró que no y 17% dijo que lo desconoce.