En un mundo cada vez más digitalizado, la inclusión de más mujeres en el sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) no solo es una cuestión de equidad de género, sino también un impulsor clave para la innovación y el crecimiento económico.
De acuerdo con un análisis reciente del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), incrementar la participación femenina en este rubro podría generar beneficios tangibles para la economía mexicana, al tiempo que fortalece la diversidad y la creatividad en el desarrollo tecnológico.
El estudio del IMCO destaca que, a pesar de los avances, las mujeres aún representan una minoría en el sector TIC en México.
Sin embargo, su mayor integración no solo contribuiría a cerrar la brecha de género, sino que también tendría un impacto directo en la productividad y la competitividad del país.
Según el informe, las empresas con mayor diversidad de género tienden a ser más innovadoras, ya que las perspectivas diversas fomentan soluciones más creativas y efectivas a los desafíos tecnológicos.
Uno de los puntos centrales del análisis es el potencial económico de esta inclusión.
El IMCO estima que, si México lograra igualar la participación de hombres y mujeres en el sector TIC, el Producto Interno Bruto (PIB) pdría crecer 2.5% en los próximos diez años.

Además, el estudio señala que la brecha de género en las TIC no solo es un problema de representación, sino también de acceso a oportunidades.
Factores como la falta de representación femenina en roles de liderazgo, la persistencia de estereotipos y la escasa exposición a carreras STEM desde edades tempranas son barreras significativas.
¿Cómo se puede solucionar esta tendencia?
Para revertir esta tendencia, el IMCO propone estrategias como la implementación de programas de mentoría, la promoción de becas dirigidas a mujeres en carreras tecnológicas y la sensibilización en el ámbito educativo para desterrar prejuicios de género.
El informe también hace hincapié en el papel crucial de las políticas públicas. Un entorno normativo que fomente la igualdad de oportunidades, combinado con las iniciativas del sector privado, podría acelerar la integración de más mujeres en el sector.
Ejemplos internacionales, como los programas de cuotas en empresas tecnológicas en países como Suecia y Canadá, sirven de referente para México, donde aún hay un largo camino por recorrer.
En un contexto global donde la tecnología redefine industrias enteras, la inclusión de más mujeres en las TIC no es solo una cuestión de justicia social, sino una necesidad estratégica.
Como lo subraya el IMCO, “la diversidad no es solo un valor, sino un motor de innovación que puede posicionar a México como un líder en la economía digital del futuro”.
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