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La atención de los mercados está centrada este miércoles en la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), en la que los especialistas financieros no esperan cambios en la postura monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Esta no es una de las conocidas como reuniones “vivas”, porque no viene acompañada ni de conferencia de prensa por parte de Jerome Powell ni de actualización del entorno macroeconómico.

Desde que inició el actual ciclo gradual de alza en tasas, el FOMC siempre ha elegido reuniones acompañadas de conferencia de prensa por parte del presidente de la Fed y actualización de pronósticos para anunciar los incrementos en tasas.

El balance apunta a que continuará el ciclo de alza en tasas, pero a un ritmo gradual; sin embargo, se considera que no hay prisa para el próximo movimiento de la Fed al alza, pero las condiciones sí apuntan a la necesidad de seguir restringiendo las condiciones monetarias.

Los especialistas esperan que el próximo aumento en la tasa de referencia no sea en esta reunión de mayo, sino hasta la del FOMC del 13 de junio.

En este entorno, el bono del Tesoro ha alcanzado niveles por arriba de 3% por primera vez desde 2014, lo que está reflejando los temores de que un escenario de mayores presiones inflacionarias pueda llevar a la Fed a acelerar su ritmo de alza en tasas e incrementarla en cuatro ocasiones durante este año. Los analistas advierten que esto dependerá de manera importante del desempeño de la inflación en los próximos meses.

Entre los indicadores económicos relevantes con que contarán los mercados estadounidenses este miércoles se encuentra el reporte de empleo privado ADP, en el cual se estima la generación de 205 mil plazas en abril, cifra inferior a los 241 mil observadas en el mes anterior. Asimismo, se emite el ISM no manufacturero correspondiente a abril, cuyo dinamismo se habría mantenido similar al reportado en marzo.

En México, el banco central publica al inicio de la jornada las cifras de remesas familiares correspondientes al tercer mes del año, en el cual se espera un ingreso de 2 mil 600 millones de dólares, lo cual implica un incremento de sólo 3.5% respecto al mismo mes del año anterior, tasa inferior a 6.9% reportado en febrero. La apreciación de 3.7% de la divisa mexicana probablemente desincentivó el envío de remesas durante el tercer mes del año.

Hacia adelante, los especialistas estiman que el flujo de remesas familiares estará explicado principalmente por la dinámica de crecimiento del mercado laboral estadounidense y la política antimigratoria actual de la administración de Donald Trump, la cual se ha reflejado en un mayor flujo de remesas hacia México.

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