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Ni la reforma del IMSS de 1997 que dio vida a las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore), ni el programa antipobreza del gobierno van a funcionar, sostuvo Santiago Levy.
Durante la presentación de su libro Esfuerzos mal recompensados: la elusiva búsqueda de la prosperidad en México, el vicepresidente de Sectores y Conocimiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reconoció que cuando fue funcionario en el país algunas cosas se hicieron mal.
A toro pasado, confesó que un desacierto fue la reforma del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de 1997 con la creación del sistema de cuentas individuales de Afore.
“Veinte años después, señalo en el libro que el sistema no va a funcionar”, matizó. Se hizo con la visión de un mercado laboral que no es el de México, señaló.
Dijo que la terminología de trabajador formal e informal es inadecuada y traicionera, porque muchos transitan de un sector a otro.
Destacó que a 75 años de la creación del IMSS, la fuerza laboral no tiene seguridad social.
Sobre el programa antipobreza, del cual se le considera creador, admitió que tampoco dará resultados.
“Progresa no es un programa que va acabar con la pobreza si no hay un cambio sustantivo”, advirtió.
Recomendó poner atención en la parte de la calidad de servicios para este programa.
Ahora, al reconocer las cosas que se hicieron mal, dijo que se debe universalizar la seguridad social y eliminar las contribuciones.
De acuerdo con Levy, es importante que todos tengan derecho a la salud de manera permanente y no transitoria. Además, confesó no ser “fan” de las Zonas Económicas Especiales, porque al dar incentivos sólo provoca que las empresas hagan arbitraje.
México, como Penélope. A México le pasó lo que a Penélope, porque todo lo que logró en materia macroeconómica, fue insuficiente para salir del estancamiento de la productividad en que se encuentra desde hace 15 años, afirmó Levy.
“Lo que hacía Penélope era que de día tejía y de noche destejía, y yo pienso en México que es eso lo que nos pasa. De día impulsamos los tratados de libre comercio, hacemos programas públicos de capacitación, promovemos la inversión extranjera directa, hacemos reforma financiera, promovemos negocios”, expuso.
“Y luego, por otro lado, deshacemos todo lo que queríamos hacer a través de un régimen laboral, fiscal y de seguridad social que desteje durante la noche lo que tejemos de día”.
Se necesita construir una visión renovada en la que se reconozca que más de lo mismo no va a funcionar, advirtió; redistribuir a través del mercado laboral no dará resultados.
“Necesitamos rehacer y repensar todo el aparato y el andamiaje de los sistemas de protección social y los mecanismos de redistribución, que no están cumpliendo”, dijo Levy.
Recalcó que debido al régimen laboral, el esquema tributario y el sistema de seguridad social que premia a las empresas pequeñas y castiga a las grandes, la productividad en México se ha estancado en los últimos 15 años. “Y esto explica por qué México no avanza”, sostuvo el también ex director del IMSS.
El también ex subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda hizo una autocrítica al manifestar que la generación de servidores públicos hace dos décadas “subestimamos profundamente la importancia de los incentivos microeconómicos”.
Si bien las reformas estructurales que se alcanzaron en la presente administración son bienvenidas, se ha descuidado la seguridad y la certeza jurídica de los contratos, agregó.
Levy, a quien se le reconoce como el arquitecto del programa Oportunidades, dijo que en una sociedad tan desigual como la mexicana, es indispensable que el Estado tenga una labor de redistribución muy vigorosa.
“Yo soy 100% a favor de un Estado fuerte, que haga una labor inmensa de redistribución y de protección, pero la gran pregunta es cómo”, dijo.