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Ingenieros Civiles y Asociados (ICA), la constructora más grande del país, solicitó el pasado viernes el registro de su concurso mercantil con acuerdo previo con la mayoría de sus acreedores para enfrentar su enorme deuda.
Con 70 años de trayectoria en el país, ICA es referente por la construcción de obras emblemáticas como Ciudad Universitaria, la Basílica de Guadalupe, el estadio Azteca, el Palacio de los Deportes, la Torre Mayor, la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el Túnel Emisor Oriente, la hidroeléctrica La Yesca y las líneas 3, 7, 9 y 12 del Metro, entre otras.
Durante muchos años fue la principal generadora de empleo y formación de ingenieros civiles en el país, pero en los últimos años se endeudó demasiado, hasta que se quedó sin liquidez para pagar.
En 2010, ICA acumulaba una deuda por 23 mil 627 millones de pesos, pero en febrero de 2011 emitió 500 millones de dólares en certificados de deuda con un rendimiento de 8.9%, los cuales vencen en 2021.
En julio de 2012 emitió otros 150 millones de dólares en certificados de deuda bursátiles con rendimiento de 8.3%, los cuales vencen en 2017. En mayo de 2014, volvió a colocar 700 millones de dólares con un rendimiento de 8.8%, con vencimiento en 2024.
Esos tres bonos suman una deuda por mil 350 millones de dólares, más de 24 mil millones de pesos.
Fue así como en 2015, la deuda de ICA se elevó a 53 mil 779 millones de pesos, pero sumando sus obligaciones por servicio de la deuda, es decir, capital e intereses antes de los gastos por comisiones, el pasivo superaba 56 mil millones de pesos.
A finales de 2015, ICA comenzó a dar señales de falta de liquidez para enfrentar sus deudas.
El 29 de noviembre de 2015, la constructora anunció la toma de un periodo de gracia de 30 días para pagar intereses por 31 millones de dólares correspondientes al bono con vencimiento en 2024.
Si bien el periodo de gracia no representaba un incumplimiento de pagos, la decisión generó incertidumbre entre los inversionistas quienes comenzaron a sospechar que la empresa estaba próxima a declararse en concurso mercantil por falta de liquidez.
ICA tenía pocos contratos de obra, y la devaluación del peso frente al dólar elevó aún más su deuda, aunado a que se canceló el proyecto del Acueducto Monterrey VI.
En el último trimestre de 2015, ICA inició su proceso de reestructura operativa y financiera, redujo 34% su número de empleados y sus gastos generales, suspendió los pagos relacionados con su deuda financiera no garantizada, incluyendo los tres bonos emitidos en dólares.
ICA nombró a Alfonso González Migoya codirector general, y a Orlando Loera, director de reestructura financiera, pero en enero de 2016, ambos fueron sustituidos por Guadalupe Phillips Margain, como directora de Reestructura.
En febrero de 2016 se removió de la Dirección General a Alonso Quintana Kawage y en su lugar designó a Luis Zárate Rocha, quien era consejero y vicepresidente ejecutivo de ICA. Sin embargo, Phillips Margain asumió la Dirección General de la empresa en octubre de 2016, tras el fallecimiento de Zárate Rocha.
En 2016, ICA empleaba aproximadamente a 14 mil 572 personas, las cuales se redujeron a 8 mil para los primeros meses de 2017.
Al 31 de marzo de 2017, la deuda de ICA llegó a 65 mil 151 millones de pesos, por lo que el 25 de agosto se declaró en concurso mercantil.
ICA dijo que seguirá operando de forma regular y ejecutando los proyectos que ha ganado, pero todos los pagos se irán solventando mediante el concurso mercantil.