Moody´s Investors Service afirmó que las condiciones del negocio bancario han mejorado en la mayoría de los mercados de América Latina, donde México se ha beneficiado de la relocalización de empresas con mayor demanda de crédito.
“Las noticias positivas sobre los mercados laborales, excepto en Chile, y el incremento gradual de la inversión, particularmente en México con el nearshoring, han incrementado la demanda local de créditos y los volúmenes bancarios”, indicó la firma.
En un análisis sobre el sector bancario en la región, la agencia detalló que los bancos de América Latina tuvieron un aumento de las tasas de incumplimiento crediticio en 2023, donde los préstamos de consumo lideraron el deterioro.
“La presión inflacionaria y las altas tasas de interés entre 2020 y 2022, en un momento de recuperación del consumo, contribuyeron al aumento de la deuda en los hogares. Sin embargo, en la mayoría de los países, estas condiciones macroeconómicas se están acercando a normas históricas y, junto con criterios más estrictos para el otorgamiento de créditos de los bancos, esperamos estabilidad o una mejora de la calidad de la cartera en la región en los próximos 12 a 18 meses, aunque los avances en este ciclo crediticio varían de un país a otro”, dijo.
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La firma detalló que en los próximos meses la calidad de los créditos personales mejorará en la región, cuyos avances serán impulsados por los criterios más estrictos para el otorgamiento de créditos de los bancos desde mediados de 2022 y por el aumento de la renta disponible de los hogares.
“En México, el crecimiento acelerado de los préstamos de consumo de mayor riesgo y la exposición a entidades relacionadas con el gobierno, podrían neutralizar los beneficios de un entorno operativo más favorable. Las pequeñas y medianas empresas (Pymes) serán motivo de preocupación, ya que siguen siendo susceptibles a tasas más altas por más tiempo”, dijo.
Para la firma, las tasas más bajas impulsarán gradualmente los gastos de capital corporativos y la demanda de préstamos a largo plazo. Las necesidades de provisión en los próximos 12 a 18 meses disminuirán ante condiciones de riesgo más favorables, mientras que los bancos mantendrán una sólida cobertura de reservas para pérdidas crediticias como protección contra pérdidas inesperadas.
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