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Las mujeres en la Ciudad de México (CDMX) enfrentan desafíos únicos en el transporte, pues además de sufrir acoso sexual, son las que más gastan dinero y tiempo para poder trasladarse, según un estudio presentado por el Banco Mundial (BM).
También padecen prolongadas esperas, más paradas y un "impuesto rosa" por el costo adicional no monetario que implica la inseguridad o por las barreras para trabajar en el sector del transporte, se describe en el documento Género y Movilidad en la Ciudad de México, avances, retos y recomendaciones.
Se muestra como la falta de perspectiva de género en el transporte público afecta a las mujeres.
Durante la presentación, una de las coordinadoras de estudio, Nadjeli Babinet Rojas, destacó que en las horas pico, la movilidad en transporte de hombres y mujeres es la misma.
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Pero, los hombres se mueven más de una forma pendular, mientras que de noche o madrugada, hay menos mujeres en la CDMX porque tenemos miedo.
Además, son las que realizan viajes por labores de cuidado de familiares, niños, adultos mayores, enfermos o personas con alguna discapacidad.
“Por eso es que vemos más mujeres en el transporte a mediodía, que van acompañar a citas médicas; por eso gastan más dinero en el transporte”, explicó.
En el estudio se pone de manifiesto que las mujeres realizan viajes multimodales y polivalentes que resultan más caros al no existir tarifas integradas del transporte.
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Otros estudios sugieren que las mujeres gastan un porcentaje mayor de sus ingresos en transporte público aunque sus viajes sean más cortos por término medio.
Además, enfrentan mayor “pobreza de tiempo” al compaginar las responsabilidades del hogar y del trabajo remunerado.
Nadjeli Babinet Rojas señaló que existen brechas de género en el sector del transporte, ya que en Europa la participación de las mujeres es del 22% y en América Latina el promedio es del 15%.
“En México el sector transporte es de los sectores con mayor subrepresentación de mujeres”, afirmó.
Es uno de los grandes retos en México tanto para mujeres usuarias como trabajadoras.
Según el diagnóstico, entre el 60% y 90% de las mujeres declararon que sufrieron acoso sexual en el transporte público o en espacios vinculados.
Han modificado su comportamiento por la inseguridad, como por ejemplo con horarios limitados, cambio de rutas, viajar acompañadas, estar en zonas preferentes o cancelan salidas.
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