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El menor ritmo de crecimiento económico puede afectar las perspectivas fiscales del gobierno, lo cual le dificultará preservar su compromiso con la responsabilidad fiscal más allá de 2020, advirtió Moody’s Investor Services.

En el reporte Bajo riesgo de liquidez post elecciones en México, a pesar de incertidumbres en torno a la política federal, la firma resalta que al aumentar los riesgos para el desempeño económico de este año para el país, los ingresos del sector público pueden ser incluso más bajos que las estimaciones revisadas del gobierno, que requieren recortes adicionales de gasto.

“En un contexto de desaceleración de la economía, la respuesta política procíclica de autoridades podría exacerbar el crecimiento ya lento, atenuando el sentimiento y la inversión de las empresas y afectando las perspectivas a corto plazo de la economía. En ese caso, al gobierno le resultaría más difícil cumplir con los objetivos presupuestarios establecidos”, explicó Moody’s Investor Service.

El texto señala que si bien estos riesgos son manejables en 2019 y 2020, la situación aumentará las tensiones entre el compromiso del gobierno con la responsabilidad fiscal y sus otros objetivos de política en ausencia de medidas generadoras de ingresos, especialmente porque ha descartado el aumento de las tasas impositivas o la creación de nuevos impuestos en el país.

“En última instancia, las preocupaciones sobre las prioridades políticas potencialmente conflictivas del presidente [Andrés Manuel] López Obrador socavan la confianza del mercado, amenazan con frenar aún más las inversiones ya deprimidas y pesan sobre las perspectivas económicas de México”, dice.

Riesgo manejable. De acuerdo con Moody’s Investor Services, la mayoría de las compañías no financieras calificadas en México tienen un riesgo de liquidez que va de bajo a medio y serán capaces de cubrir su deuda de corto plazo y los vencimientos de sus compromisos de largo plazo, gastos operativos e inversiones de capital regulares hasta 2020.

La agencia explicó que las compañías con un elevado riesgo de liquidez, como es el caso de Pemex, KIO, e Infraestructura Energética Nova, tienen un nivel de efectivo limitado para cubrir sus vencimientos próximos.

“La mayoría de las compañías mexicanas enfrentan cuando menos cierto nivel de riesgo de tipo de cambio, pero en general el riesgo es bajo. De las compañías analizadas, todas tienen su exposición cambiaria totalmente compensada por sus utilidades generadas en moneda extranjera y otros factores. En caso de una repentina depreciación del peso mexicano de 15% dejaría colchón a los corporativos mexicanos para que puedan cumplir con el mantenimiento de sus restricciones contractuales de apalancamiento”, explicó.

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