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La incertidumbre sobre el futuro estresa y merma la salud de millones de trabajadores mayores de 50 años en México, ante una perspectiva económica y laboral que les presenta más retos que oportunidades.
Este segmento de la población se enfrenta a problemas como el prejuicio empresarial que tiende a marginarlos, así como su supuesta limitación para adaptarse al cambio tecnológico, advierten especialistas en materia laboral.
Una de cada cuatro personas empleadas en el país rebasa la media centuria, para un total de casi 14 millones de trabajadores, de los cuales 8.8 millones (63%) laboran en la informalidad, sin las prestaciones de ley, lo que hace más precaria su actividad y complica su jubilación.
Los que trabajaron la mayor parte de su vida dependiendo de un salario tienden a ser relegados e incluso expulsados de algunas empresas por considerar que no son tan productivos.
Por su edad se les niegan oportunidades en el mercado laboral y muchos tratan de emprender un negocio con su liquidación, en caso de recibirla. Sin embargo, sus posibilidades de éxito son muy reducidas e implican el riesgo de perder el poco capital con que cuentan para su vejez.
Por su parte, las personas adultas que laboran de manera independiente suman 6.5 millones, 46.3% del total, la tasa más alta entre los diferentes grupos de edades en el país. La mayoría de éstos, es decir, 5.4 millones (83.2%), lo hacen por cuenta propia, por lo que no tienen acceso a las instituciones de salud a pesar de que conforme envejecen tienen una mayor necesidad de estos servicios.
Tomando en cuenta a los trabajadores subordinados e independientes, más los que reportaron no tener ingreso (que realizan trabajo familiar), el número de personas que supera las cinco décadas y que perciben menos de uno hasta tres salarios mínimos sumaron 10.4 millones, 86.9% del total.
Marginados laborales
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan las personas adultas en el mercado laboral es, por obvias razones, la edad. Muchas empresas buscan trabajadores con experiencia, pero que no rebasen los 45 años, debido a que consideran que sus capacidades tienden a disminuir.
“Las organizaciones piensan que son personas que no se adaptan a las nuevas tecnologías, como uso de computadoras o redes sociales, además de que consideran que pueden ser poco productivas, que ya no tienen mucho que aportar. Sin embargo, todos estos argumentos son prejuicios de los empleadores, ya que no podemos generalizar”, afirma Arleth Leal, directora asociada de Red Ring, compañía buscadora de talentos para empresas.
“Desde hace cinco años o más, cuando viene el boom de los millennials, es cuando las compañías empezaron a distinguir en temas de edad para poner límites hasta los 45 años en sus contrataciones”, agrega la especialista.
“Algunas organizaciones pensaron que con esta estrategia podían reducir gastos. Contrataban gente más joven con salarios relativamente más bajos en sustitución de los que tenían más antigüedad; sin embargo, no funcionó porque se dieron cuenta de que sale más cara su capacitación y desarrollo”, precisa Héctor Márquez, director de Desarrollo Comercial y Relaciones Institucionales y de Gobierno de ManpowerGroup México y Centroamerica.
Baby boomers y revolución digital
La mayor parte de estos trabajadores que superan las cinco décadas pertenecen a la generación de los llamados Baby Boomers, nacidos entre 1949 y 1969 cuando se caracterizaban por buscar un trabajo que les brindara seguridad y estabilidad. Todo esto cambió con la revolución tecnológica y la digitalización.
“Esta generación se ve inmersa en la incorporación de la tecnología que vino a generarle ciertos malestares, como tecnofobia, que es el miedo o ansiedad que provoca interactuar con las tecnologías, porque no todos reciben la capacitación adecuada para migrar de su trabajo tradicional a un trabajo con ayuda de estos nuevos equipos”, señala Erika Villavicencio, coordinadora e investigadora de psicología organizacional de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Esto viene a ser un parteaguas importante, porque las funciones de las organizaciones en muchos giros ya están acompañadas de la tecnología, entonces la fobia viene justificada si la asociación no tuvo un programa adecuado para prever y sensibilizar a estos trabajadores a que conocieran y que perdieran el miedo”, apunta.
Las compañías empiezan a voltear a otras generaciones que son más flexibles para estos ajustes, como los millennials, segmento nacido entre 1980 y 1995 que está más dispuesto a los cambios tecnológicos y, a diferencia de los Baby Boomers, quienes prefieren una situación estable y controlada, buscan evoluciones y retos.
Estabilidad y conocimientos
Pese a estos problemas, los trabajadores de 50 años y más ofrecen ventajas como su estabilidad y experiencia, que deben saberse aprovechar dentro de una organización o en la búsqueda de un empleo, coinciden especialistas.
“Una de sus principales fortalezas es la estabilidad. Estas personas, por saber que no son tan demandadas en el campo laboral, cuidan mucho su trabajo, tienden a integrarse a la compañía de manera completa, a no poner límites en temas de horarios o de vacaciones.
“Es gente muy comprometida, que se pone la camiseta, justamente porque saben que no va a ser tan fácil conseguir un empleo”, explica Arleth Leal
A su vez, Erika Villavicencio recomienda capitalizar los conocimientos obtenidos a lo largo de años de especialización. “No es fácil, porque estamos hablando de desarrollar un pensamiento estratégico que en nuestro sistema educativo no se promueve tanto, a la par de habilidades de emprendimiento”, explica.
“Es un tema de cambiar de pensamiento, pero orientado a un plan de vida y carrera. Mucho antes de que esta etapa llegue, la persona tendría que saber hacia dónde quiere ir, cuáles son sus metas a futuro, ya sea dentro de una organización o de forma independiente”, menciona la investigadora de la Universidad Nacional.
Revaloración de empresas y personas
Si bien es cierto que desde hace cinco años muchas organizaciones se limitan para contratar a gente mayor de 45 años, hoy las compañías empiezan a reconocer que hay gente valiosa incluso arriba de ese límite de edad, y que la fórmula de contratar exclusivamente a jóvenes no genera los resultados que esperaban.
La gente que tiene más de 50 años no debe desesperarse, puede seguir laborando por mucho tiempo, es un capital que las empresas recluten personas con experiencia, destaca Héctor Márquez, de ManpowerGroup.
Las actividades en las que hay mayor demanda de este grupo de trabajadores, de acuerdo con Arleth Leal, de Red Ring, son principalmente en el sector comercial, debido a que es gente que puede atender a clientes en el área de servicio o en call centers (centro de llamadas), así como en labores de tipo contable y financieras, considerando la complejidad que implican y la experiencia que aportan los candidatos mayores de edad.
“Yo pienso que va mejorando [la condiciones y el trato para este sector], veo que cada vez hay una mejor cultura tanto para sectores vulnerables, como es este del que estamos hablando, así como para mujeres y personas con discapacidad.
“Cada vez se va generando una mejor cultura, de tal manera que las empresas van entendiendo que no hay por qué discriminar”, asegura Héctor Márquez.
Sin embargo, reconoce que hay mucho camino por avanzar respecto a todos los grupos vulnerables mencionados, pero cada vez la cultura evoluciona para dejar atrás lo que parece una mala realidad para el país, destaca.