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A Eréndira ya no le gusta ir al trabajo, porque haga lo que haga, sabe que va a recibir un regaño. El jefe tiene sus favoritos, pero ella sabe que no se encuentra entre ellos. Cuando ella comete errores —porque todo el mundo los comete, más en un horario de noche como el de ella— su superior comienza a gritar. Que si no puede ni escribir sin equivocarse, que si no es capaz de hacer nada bien.
Se lo dice a ella, pero también va repitiéndolo por toda la oficina, a quien se le atraviesa en el camino. Él habla mal de sus subordinados y hace que se peleen entre ellos.
Obstruye la comunicación cuando Eréndira le dice que va a hablar con el superior de él. Quiere controlar hasta los movimientos más triviales, como el lugar en el que ella se sienta. “En una ocasión me dijo que su jefa ya me quería correr, cuando la mujer ni siquiera me conoce, pero como él ya está bajo la mira, quiere hacerme sentir insegura también”, explica.
Ella está consciente de lo tóxico que es él y cada vez está más cansada. Por ahora, no puede salirse de ese empleo porque no tiene ningún otro y necesita una fuente de ingresos. El nombre está cambiado pero la historia es real y por desgracia, su situación no es exclusiva. Según un estudio de la consultora Gallup, 75% de las razones por las que la gente abandona un trabajo tiene que ver con sus jefes.
“La solución más sana sería alejarse, pero no siempre es posible”, explica Rodrigo Peniche, sicoanalista y sicólogo laboral de la UNAM. En muchos casos —como en el de Eréndira— los trabajadores necesitan conservar su empleo porque no han podido encontrar otro o porque tienen obligaciones económicas que solventar. Por desgracia, si estás en esta situación, tienes que aceptar que no vas a poder transformarlo a él o a ella. Así que no queda de otra más que sobrellevar la situación.
“Estas personas son percibidas como egoístas, necios, sobredemandantes, impulsivos, no reconocen sus propios errores y metiches. Paradójicamente es gente muy insegura y precisamente, esta forma tóxica y dañina de ser, es una manera de compensar que se sienten incompetentes”, explica el sicoanalista. Irse es lo mejor, pero, ¿qué hay que hacer cuando es necesario quedarse, al menos por un tiempo? “El énfasis tienes que ponerlo en cómo hacer que la conducta de mi jefe me afecte lo menos posible y esto me obliga a poner más atención en lo que yo puedo hacer”, apunta el sicoanalista.
¿Tu jefe tiene favoritos?
Es muy probable que sí porque esta es una actitud característica de este tipo de perfiles, ya que buscan e identifican a quienes son menos amenazantes para ellos. Estos se vuelven sus cercanos y aliados y con los que muy probablemente va a criticar al resto de colaboradores. Si estás en esta situación,debes tener muy claros tus límites.
“No te subas al barco de criticar a tus compañeros con él. Es difícil porque a los seres humanos nos gusta estar del lado del fuerte y nos gustan los privilegios, pero tienes que ser congruente, porque ya te diste cuenta de que él los quiere dividir, no caigas”, recomienda el especialista. Esto es difícil también porque las emociones negativas se contagian.
Algo esencial y que no hay que dejar pasar es que tienes que pensar que nada es personal. Tu jefe es una persona insegura que no sabe controlar sus emociones e inseguridades y que con ello lastima al resto, pero no lo sientas directamente contra ti, porque si dejas que esto pase va a minar tu autoestima y la valoración que tienes de tu propio trabajo.
“Conscientemente maneja tus límites para que las toxinas no entren. Ellos están destilando veneno, pero es sobre ellos, no sobre ti”, sostiene Annie McKee, profesora y autora de varios libros como How to be happy at work, en un texto para la Harvard Business Review al respecto.
¿Tu jefe se fija en si el folder que utilizaste para el reporte es amarillo y no verde? Se llama microadministración y es “el enfoque inútil y excesivo en los detalles”, explica Rodrigo. Lo mismo, no te enganches ni te lo tomes personal, sino estate consciente de la calidad de tu trabajo y empieza a leer lo que él demanda para que puedas complacerlo. Al final, entregar un reporte en un folder verde en vez de amarillo no te va a generar problemas, ¿cierto? Cede y pon atención a este tipo de detalles y sé flexible ante ello.
“¿Le molestan los reportes en PDF porque no sabe cómo poner comentarios? Entonces envíalos en Word. Puede que conozcas la solución para domar a la fiera y todavía no lo sepas”, detalla un texto sobre el tema de OCCMundial. Convivir con alguien más de 40 horas de trabajo a la semana te hace conocerlo muy de cerca, así que aprende a leer sus acciones y a no desatar su enojo de manera innecesaria.
Ellos son personas que buscan el control y el reconocimiento del resto, así que si estás en posición de dárselo, hazlo. No te quita nada y puede mantenerlo tranquilo y lograr que te considere de cierta manera un aliado.
“Dale crédito y hazle ver que a través de tu trabajo él va a brillar y que no tienes problema con eso. No es fácil la idea pero tienes que entender que con un jefe así de tóxico es más fácil que así no te vaya mal y te mantengas cerca de las oportunidades si él siente que no lo amenazas”, explica el sicoanalista. Se trata de mantener un equilibrio entre no volverte del lado de su equipo de favoritos y contagiarte con su veneno, ni tampoco de estar en contra de él porque eso te va a traer más problemas.
Es probable que su inseguridad venga de una incompetencia real en algunas de las tareas que exige su puesto. No se trata de exhibirlo porque puede resultar peor, mejor busca la manera de sacar oportunidades de estas adversidades y vuélvelo un aliado para tu crecimiento.
“Sus puntos débiles son tu oportunidad para empezar a crecer. Identifica los proyectos que más descuida y solicita que te los asignen. Mantente al tanto del flujo de trabajo y propón soluciones para los problemas que surjan. Tal vez no te quedarás con su puesto, pero sí añadirás muy buenos logros y competencias a tu currículum para atraer mejores oportunidades laborales”, recomienda OCCMundial.
Esta persona muy probablemente culpe de sus errores a los demás, así que otra carta que puedes jugar es la de anticiparle información antes de que “le metan gol” y él quede exhibido por su incompetencia. “Pásale el formato o la manera de hacer las cosas, comparte la información porque esto hará que sea más probable que este tipo de gente te perciba como menos amenazante y como un aliado”, asegura el especialista. Eso sí, si te es posible, búscate otro trabajo lo más pronto posible