La eliminación de subsidios, la inflación y las tasas de interés alejan el sueño de la casa propia para millones de mexicanos.
En junio pasado, la banca privada redujo 7.2% los créditos para comprar vivienda de interés social, señala la información más reciente del Banco de México (Banxico).
El financiamiento para los inmuebles de este segmento lleva nueve años disminuyendo de manera consecutiva, ya que los préstamos no han dejado de caer desde agosto de 2015 al restar la inflación.
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“Daremos seguimiento cercano sobre el plan de vivienda del gobierno federal entrante. De acuerdo con lo mencionado en los últimos meses, éste incluirá la construcción de vivienda de interés social y/o de fácil adquisición para los jóvenes”, dijeron analistas de Banorte el pasado miércoles.
Si bien este tipo de políticas sociales puede no tener efecto directo en la cartera del crédito bancario, “no se puede descartar que la expectativa de una mayor oferta en el mercado de vivienda fomente la búsqueda en general de créditos hipotecarios”, agregaron.
Expertos de BBVA reconocen que el monto dedicado a la vivienda de interés social ha disminuido y se profundizó en los últimos meses.
La vivienda de interés social pasó de ser 17.1% del total del crédito hipotecario a principios de 2022, a 9.6% a finales del año pasado, indica el reporte de BBVA sobre la situación inmobiliaria en México al primer semestre de 2024.
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Esta institución expuso que la vivienda de interés social tiene un valor de hasta 1.2 millones de pesos y Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco, Estado de México y Baja California agrupan la mayor cantidad de trabajadores con ingresos de cinco a 10 Unidades de Medida y Actualización, por lo que pueden tener más demanda para estos inmuebles.
Al otorgar préstamos para adquirir casa o departamento, los bancos, Sofoles y Sofomes reguladas cobraron en junio un Costo Anual Total (CAT) promedio de 13.88%, aunque algunos pidieron una hipoteca máxima de 28.18%, según Banxico.
Para Leonardo González, country lead en México de Algorym, los créditos para vivienda popular se redujeron por la escasa producción de este tipo de inmuebles, ya que los desarrollos perdieron rentabilidad al dejar de operar los subsidios del gobierno federal.
Destacó que los precios de casas y departamentos suben más rápido que los salarios, lo que, aunado a las mayores tasas de interés, complica aún más la posibilidad de tener un techo propio.