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Por no haber atacado a tiempo a las factureras , permearon en todas las actividades económicas como la “humedad” y amenazan con extenderse como una pandemia por América Latina, afirma el procurador Fiscal de la Federación, Carlos Romero Aranda.
“Somos un parteaguas en ese tema. Habla bien porque estamos controlando las cosas. Ya tenemos la medicina. El problema fue nuestro porque nos llegó una enfermedad muy grave y no teníamos la medicina. Les vamos a dar [a otros países] la patente y la vacuna; el remedio y el trapito”, asegura.
En entrevista con EL UNIVERSAL, destaca que la reforma penal fiscal, diseñada para combatir a las llamadas empresas fantasma, viene a representar la oportunidad para acabar con esas mafias en México y en la región, sobre todo en Sudamérica, adonde mexicanos están llevando este mecanismo de defraudación con la facturación falsa.
Comenta que en Argentina y Brasil empezaron a surgir factureras porque las importaron de México, aunque operan a menor escala, debido a que hay más controles.
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Lamenta que seamos reconocidos como los campeones de la defraudación fiscal por esta vía por la que se dejan de recaudar 500 mil millones de pesos al año, con lo cual se convirtió en un deporte nacional.
“Queremos que el deporte nacional sea el beisbol, no la defraudación fiscal”, bromea Romero Aranda.
Ningún país, dice, tiene este esquema que mantiene a la recaudación de impuestos con un bajo porcentaje respecto al Producto Interno Bruto (PIB), y tampoco nadie como el gobierno de la Cuarta Transformación se atrevió a combatirlo aplicando la ley y cerrándoles el paso.
Por eso, advierte que contra los defraudadores fiscales debe caer toda la fuerza del Estado, como lo están haciendo con las querellas que presentó el miércoles la Procuraduría Fiscal de la Federación (PFF) contra las factureras por operaciones simuladas por 93 mil millones de pesos en 2017, generando un daño al fisco por 55 mil 125 millones.
Romero Aranda adelanta que van muy avanzados en los casos que se anunciarán muy pronto sobre las outsourceras que evaden para no pagar impuestos por salarios y por seguridad social, aprovechando la subcontratación laboral.
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El procurador había prometido que en abril y mayo se tendrían los primeros casos de 2020, con base en pagos de impuestos contra factureras que no necesariamente están en las listas negras, pero por el confinamiento se retrasó, pues muchos juzgados tuvieron que cerrar.
Sin embargo, no han dejado de trabajar en ello, porque son contribuciones causadas en 2020.
Estos casos saldrán de los que dejaron de pagar impuestos retenidos en este año arriba de 7.8 millones de pesos; esos serán los que caerán en el supuesto de prisión preventiva.
Sin embargo, reitera el compromiso de probar la efectividad de esta reforma que podrá evitar que las factureras contaminen a otros países.
De hierro incorruptible
Luego de exhibir a 43 empresas que utilizaron facturas para amparar operaciones inexistentes, Carlos Romero Aranda no deja de mencionar que a partir de esto habrá un antes y un después, porque ya presentaron siete denuncias por defraudación fiscal y lavado de dinero para acreditar que hubo delincuencia organizada.
Y al resto de los señalados se les hizo llegar una carta invitación para que regularicen su situación.
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Matiza que es la primera vez en la historia penal fiscal que van varias instancias juntas: el Servicio de Administración Tributaria (SAT), la Procuraduría Fiscal de la Federación, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), la Fiscalía General de la República (FGR) y la Consejería Jurídica. Es decir, toda la fuerza del Estado, explica.
Por eso, asegura que no tendrán éxito si se amparan o llegaran a fugarse los involucrados en esta red de defraudación y lavado de dinero.
El abogado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) dice que la lucha contra la corrupción que ha emprendido el Presidente se ve materializada en esta batalla porque el desvío de recursos públicos y pago de corrupción se hace a través de estos esquemas.
Romero Aranda prefiere que lo perciban como un procurador fiscal de hierro apegado a la ley, que va en serio, de mano dura porque va a la cárcel el que defrauda: “No hay más; sólo pido aplicar la ley, nada más”.
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¿Incorruptible?
—Por supuesto. Yo estoy aquí precisamente porque recibí la invitación del Presidente de la República y venimos a un proceso de transformación.
¿Nadie le va a llegar al precio?
—Mi nombre vale mucho más.
Crimen perfecto
Dada su experiencia en el ámbito penal fiscal, dice contundente que “no hay crimen perfecto”, porque siempre cometen un error o dejan una huella del delito.
“Aquí tenemos las pruebas, los estados de cuenta, los movimientos, los testaferros, quién compró la factura, quién tuvo el beneficio económico o quién no pagó impuestos”, esgrime el funcionario.
En los delitos fiscales es muy difícil cometer injusticias porque las pruebas son muy claras, pondera.
A quienes todavía tienen sus dudas sobre la reforma y las acciones contra las factureras, el procurador fiscal puntualiza que hay que basarse en los hechos.
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“No me pueden decir que presentamos una querella donde se haya cometido una injusticia; si fuera así estaría en la luz pública”, subraya.
Para ilustrar, se refiere a los casos de los grandes contribuyentes a los que se les presentaron querellas, “no ha habido una sola crítica”.
“Tan es así que han venido a pagar, si no debieran y no hay delito, entonces ¿por qué pagan o solicitan un acuerdo reparatorio para que se extinga la acción penal?”, concluye Romero Aranda.