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A pesar de que el expresidente Andrés Manuel López Obrador dijo varias veces que “por el bien de todos, primero los pobres”, ellos padecieron la mayor inflación en su gobierno y las familias con más recursos fueron las menos afectadas.
La inflación, el también llamado impuesto de los pobres, acumuló una tasa de 32.8% del 1 de diciembre de 2018 al 15 de septiembre pasado, la más alta desde el sexenio del expresidente Ernesto Zedillo, de acuerdo con la información más reciente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Sin embargo, los hogares con ingresos de hasta un salario mínimo, es decir, aquellos que perciben máximo 7 mil 468 pesos al mes, enfrentaron una carestía de 35.7% en 69 meses y medio de la administración pasada. Es decir, los precios de los bienes y servicios que mayormente consumen presentaron un incremento superior a la inflación general.
Las segundas más afectadas fueron las familias que ganan de uno a tres minisalarios, de 7 mil 469 a 22 mil 404 pesos, puesto que resintieron una carestía de 35.1%, indican las cifras del Inegi.
La inflación se desaceleró a 33.7% para las que perciben entre tres y seis salarios mínimos, de 22 mil 405 a 44 mil 807 pesos.
No obstante, los menos afectados fueron aquellos hogares con ingresos superiores a 44 mil 807 pesos, debido a que los precios de los bienes y servicios que consumen subieron 31.8%, es decir, por debajo de la tasa general de inflación.
El economista en jefe de banco Invex, Ricardo Aguilar Abe, dijo que las familias con menos recursos enfrentan una mayor inflación debido a la persistente carestía de los alimentos que compran.
“La gente con menos ingresos es la más afectada si su salario no aumenta en la misma proporción que la inflación para mantener su consumo, pues la carestía erosiona el poder adquisitivo”, explicó.