Las expectativas de un menor crecimiento económico en el país están frenando la recuperación de la industria de la construcción en el país, cuya superación del golpe de la pandemia podría ser, en el peor de los casos, hasta en 2025, advierten especialistas.
Durante septiembre pasado, la industria de la construcción reportó un retroceso anual de 3.3%, para ubicarse 10.0% por abajo del nivel alcanzado en enero de 2020, previo a la pandemia, y 20.1% menor a su máximo histórico, registrado en diciembre de 2017, de acuerdo con datos del Inegi.
Advirtió que si la producción de este importante sector se encuentra actualmente tan castigada se debe a que desde 2018, antes de la emergencia sanitaria, la construcción ya estaba en proceso de desaceleración.
“Sobre una tendencia que ya era claramente a la baja, la pandemia generó una caída mucho más abrupta en la producción de la industria de la construcción, lo que se empalmó con el aumento en los precios internacionales de varios de los insumos, que ya fue un elemento subsecuente”, agregó el especialista.
Explicó que la actividad de la construcción obedece a las decisiones de inversión y lo que refleja actualmente es la perspectiva de los agentes económicos, es decir, qué tanto están viendo la pertinencia de realizar o no más proyectos.
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“Si observamos los componentes de la inversión en construcción, lo que se puede apreciar es que hay amplios sectores, que van desde el educativo, los hospitales, hasta la parte comercial y de oficinas, que evidentemente han dejado de construir”, advirtió De la Cruz.
Al igual que la producción en construcción, la inversión en esta actividad hasta el mes de agosto pasado había reportado una contracción de 5.8% respecto al mismo periodo del año anterior, para ubicarse 13.8% por debajo de su valor anterior a la crisis sanitaria y 24.3% menor a su nivel máximo alcanzado en septiembre de 2015.
Esto se debe principalmente al menor dinamismo de la inversión en construcción residencial, que reportó una caída anual de 8.1%, mientras que la no residencial, relacionada con el gasto en obra pública e infraestructura, observó una disminución de 3.1%.
“A ambos segmentos de la inversión en el sector les ha pegado el ambiente de expectativas que hubo con los cambios al régimen de construcción en la Ciudad de México desde 2018. Dichas modificaciones incidieron en las empresas constructoras que se mueven sobre todo en el centro del país”, explicó Raymundo Tenorio, profesor emérito del Tec de Monterrey.
Otro factor que, en su opinión, incidió en la industria, fue la contracción de los flujos de crédito para la inversión residencial durante el confinamiento por el Covid-19, paralizando la edificación de plazas comerciales y edificios corporativos.
Asimismo, en el caso de la inversión gubernamental en construcción, paró prácticamente lo que es la infraestructura carretera, hospitalaria y, sobre todo, la obra pública federal en coordinación con recursos estatales, agregó el académico.
Tomando en cuenta lo anterior, Tenorio calculó que “vamos a regresar a los niveles prepandemia hasta 2024, si bien nos va”.
Los proyectos del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y el Tren Maya son relativamente pequeños comparados con el volumen y valor de la construcción del sector público que se realizaba hasta antes de 2019, advirtió el investigador.
La recuperación de la construcción se percibe muy complicada debido al encarecimiento del crédito privado para compra de vivienda, cuya tasa se va a ir arriba de 15%, y en el caso de proyectos privados, como por ejemplo plazas comerciales y edificios corporativos, se ubicará arriba de 20%.
Por lo que se refiere a la construcción no residencial, que es principalmente la obra pública, va a estar acotada debido a la política de austeridad, señaló el profesor Raymundo Tenorio.
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