Más Información
Sheinbaum es una "consumidora voraz" de información: José Merino; el tablero de seguridad, herramienta clave, destaca
Oposición tunde diseño de boletas de elección judicial; “la lista definitiva la harán Monreal y Adán Augusto”, dice Döring
Rosa Icela Rodríguez se reúne con próximo titular del INM; “arrancaremos el 2025 con mucho trabajo”, asegura
maria.saldana@eluniversal.com.mx
La aplicación de impuestos sobre los servicios digitales de Uber, Netflix, Spotify y Apple pueden generar una recaudación de 179 millones de dólares anuales en México, calculó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El organismo explicó que si se gravara con IVA a estas cuatro plataformas la captación puede ser de 177 millones de dólares, mientras que un nuevo impuesto exclusivo para estos servicios digitales pueden sumar otros 2 millones al erario.
En su informe Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2019, la Cepal detalló que el cálculo de recaudación salió bajo el escenario de un IVA de 16% y un impuesto a servicios digitales de 3%, aplicables a las ventas anuales de Uber, que fueron de 78.8 millones de dólares; Netflix, de 578.8 millones; Spotify, 195.7 millones, y Apple, 429.5 millones.
“Los avances en América Latina en tributación de la economía digital son, hasta la fecha, moderados”, por lo que deben seguirse las recomendaciones internacionales de contar con impuestos a esos servicios.
Expuso que la aplicación de tributos en la materia requerirá de modificaciones a la ley para que las empresas que ofrecen los servicios y que no residen en el país tengan que pagar IVA, además de que los gobiernos deben pensar en procedimientos administrativos para asegurarse que la recaudación sea efectiva.
Primer paso. En el informe la Cepal reconoce que México dio un primer paso para la aplicación de impuestos a estas plataformas tecnológicas.
Resaltó en el reporte que el 6 de septiembre del año pasado se presentó en la Cámara de Diputados “un proyecto de ley que crea un impuesto sobre los ingresos procedentes de servicios digitales”.
Agregó que se trata de una propuesta similar al impuesto sobre los servicios digitales sugerido por la Unión Europea y se basa en las mismas argumentaciones, que es gravar a una tasa de 3% sobre los ingresos brutos de diversas actividades.
Por ejemplo, se planea tributar la interfaz digital de publicidad dirigida a los usuarios; la puesta a disposición de los usuarios de una interfaz digital multifacética que les permita localizar a otros usuarios e interactuar con ellos, y que pueda facilitar las entregas de bienes o las prestaciones de servicios subyacentes directamente con los usuarios, principalmente.
El proyecto que presentó el diputado del PRD, Javier Salinas, excluye a las personas no residentes sin establecimientos permanentes, por lo que la Cepal consideró que debe cambiar esa propuesta, porque es en esa “categoría en la que caen la mayor parte de las empresas a las que se quisiera alcanzar con el impuesto”.
Por eso sugirió que sea más integral la propuesta que analizan los diputados, y en la que se considere como contribuyentes del impuesto a las personas residentes en territorio nacional, así como los habitantes en el extranjero con establecimiento permanente en el país.
La propuesta que emitió el diputado en septiembre de 2018 consideró que el IEPS no incluye servicios digitales, solamente telefonía fija, móvil y televisión de paga.
Y se intentó gravar a Netflix, Google, Facebook, Uber, Spotify, Airbnb y Mercado Libre, entre otras.
La iniciativa legislativa fue rechazada por la Asociación de Internet MX, así como la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y de Tecnologías de la Información, así como representantes.
La sugerencia de incorporar a la tributación estas nuevas plataformas tecnológicas se da luego de que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) informara que México es uno de los países con menor recaudación de ingresos por la vía de impuestos, con sólo 16.2% como porcentaje del PIB, la cifra es menor al promedio de América Latina, con 22.8%, y de la misma OCDE, con 34.2%.