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En 10 años de vida, el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) al carbono recaudó 82 mil 303 millones de pesos, destacó la organización México Evalúa.
Sin embargo, dichos ingresos no necesariamente se han destinado a financiar políticas públicas que promuevan la mitigación de emisiones, la captura de carbono y el apoyo a la adaptación climática, especialmente para los grupos vulnerables, ponderó.
En un reporte, el centro de pensamiento y análisis que dirige Mariana Campos señaló que hace falta cerrar esa pinza para que el gravamen al carbono en nuestro país cumpla con su objetivo: impactar positivamente al medio ambiente.
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Según el documento “10 años de impuesto al carbono en México: ¿impacto climático o sólo ingresos fiscales?" un gravamen realmente efectivo es clave para enfrentar el cambio climático.
Pero siempre y cuando incentive a consumidores y empresas a modificar su comportamiento, puntualizó, para lo cual se recomienda que México, cuyo precio del carbono lo cotiza en 4.31 dólares la tonelada, se acerque a la referencia internacional de 32 dólares.
México Evalúa, estableció que al mantenerlo tan lejos de ese parámetro, inhibe su efectividad para motivar la búsqueda por parte de consumidores de alternativas más limpias de bienes y servicios.
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La cifra considerada muy baja por México Evalúa, impide estimular a las empresas a invertir en tecnologías más limpias para que sus procesos de fabricación de bienes y servicios sean menos contaminantes.
En ese contexto, advirtió que sin la existencia de una alineación entre recaudación y política climática para reducir emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), el impuesto incumplirá su objetivo.
Tampoco, sentenció, podría aplicarse a otros ámbitos de la economía, pues actualmente sólo se utiliza para gravar combustibles fósiles.
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Para respaldar sus argumentos, mencionó los principios conocidos como FASTER que impulsan organismos internacionales como el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Estos se basan en los esquemas de precios del carbono bien diseñados como una herramienta poderosa y flexible que permite recortar las emisiones que producen el cambio climático.
Indicó que ese tipo de iniciativas, promueven las mejores prácticas globales para asegurar un impacto real de los impuestos en la descarbonización de sectores importantes como el energético, transporte e industrial.
Al recomendar seguir esos principios, aseguró que se garantizaría el éxito del mecanismo, considerado por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la Naciones Unidas y por el Fondo Monetario Internacional como el más poderoso y eficiente para lograr los objetivos acordados en el Acuerdo de París.
aov/mgm