En México, las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) van más allá de una categoría económica: son el motor que impulsa a nuestro país. Estas representan más de 99.8% de las unidades económicas, emplean a más de 27 millones de personas y aportan más de 52% del PIB (Secretaría de Economía). Sin embargo, también son las más expuestas a los efectos de una transformación tecnológica sin precedentes. Frente a un mercado cambiante, la pregunta ya no es si adoptar inteligencia artificial (IA), sino cómo hacerlo de forma accesible, útil y sostenible.

En esta nueva etapa, los llamados trabajadores digitales comienzan a tomar protagonismo. Se trata de agentes inteligentes —impulsados por IA— capaces de ejecutar tareas operativas, procesar datos complejos o automatizar decisiones. Pero su verdadero valor no radica en lo que hacen, sino en cómo aprenden. Son las personas quienes los entrenan, les enseñan a entender los procesos, a reconocer patrones útiles y a actuar de acuerdo con las necesidades específicas del negocio. En vez de reemplazar al talento humano, lo amplifican: trasladan la experiencia y el conocimiento a una escala operativa más ágil, donde cada decisión automatizada es, en realidad, reflejo de la inteligencia colectiva de quienes los programan, guían y perfeccionan.

Muchas de las Mipymes aún ven la integración de herramientas tecnológicas como la IA, la ciberseguridad y nube como un gasto más que una inversión, sin embargo, otros actores como los startups lo vinculan como una oportunidad para generar confianza y percibirse como innovadores ante grandes compañías y posibles clientes.

Para 2028, un 33% del software empresarial incluirá agentes IA, y al menos 15% del trabajo diario se resolverá de forma autónoma gracias a estos agentes (Gartner). Esta nueva generación de IA no sólo responde, sino que actúa de forma autónoma y proactiva. Es una revolución frente a la automatización robótica de procesos (RPA), porque aprende, adapta y toma decisiones.

Para las micro y pequeñas empresas, esto puede significar automatizar el seguimiento a clientes potenciales, generar presupuestos personalizados con base en patrones de consumo o incluso tomar decisiones sobre cuándo y cómo lanzar una campaña comercial. Los agentes inteligentes permiten operar con una eficiencia antes reservada para grandes corporativos, pero sin necesidad de contar con un ejército de analistas o desarrolladores.

El reto no está solo en acceder a la tecnología, sino en saber integrarla, de manera que haga sentido con la realidad de cada empresa. No todas las Mipymes necesitan lo mismo, ni tienen los mismos tiempos o capacidades. Por eso, más que hablar de disrupción digital como una meta lejana, debemos entenderla como un proceso continuo, en el que contar con referentes, experiencias compartidas y soluciones adaptables puede marcar la diferencia.

El acceso a diferentes soluciones tecnológicas como la IA puede derivar en que una pequeña empresa escale su operación, reduzca errores y mejore la experiencia de sus clientes si cuenta con las herramientas adecuadas y el acompañamiento correcto. Los trabajadores digitales ya están aquí, resolviendo tareas, acelerando decisiones y abriendo espacio para que las personas hagan lo que mejor saben hacer: pensar, crear y transformar. Apostar por ellos no es seguir una tendencia, es tomar decisiones con visión de futuro.

En el marco del Día Mundial de las Pymes es de importancia abordar estos temas y soluciones para que más emprendedores y pequeños empresarios abran las puertas de sus negocios a estas herramientas y la IA, ya que éstas podrían ser el aliado que faltaba para el fortalecimiento y crecimiento de sus empresas.

CEO de KIO

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