Los bancos privados otorgaron en julio 1.3 billones de pesos en préstamos para adquirir una casa o departamento del segmento medio y residencial, señalan datos del Banco de México (Banxico).
Esta cifra equivale a un incremento de 2.3% frente al mismo mes de 2023, y se trata del avance más lento en casi 14 años, concretamente desde enero de 2011 al restar la inflación.
Detrás del resultado se encuentra la caída en los inventarios de vivienda de este tipo, que comenzó el año pasado.
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En su informe sobre la situación inmobiliaria correspondiente al primer semestre de 2024, analistas de BBVA expusieron que se inscribieron 9 mil 900 viviendas del segmento medio y residencial en el Registro Único de Vivienda en 2023, por debajo de 2022 y 2021.
Destacaron que los inventarios de casas y departamentos disminuyeron 15.4% en comparación con 2022.
“No se había visto una reducción semejante desde 2020, cuando por el paro de las actividades no esenciales los inventarios de vivienda se habían reducido a menos de 200 mil viviendas”, señalaron.
En 11 entidades se redujeron los días de inventario, destacando Ciudad de México, que presenta una disminución de 600 días, y Coahuila, con 118.
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Para el mercado de la vivienda media y residencial son relevantes los puestos de trabajo adscritos al IMSS con ingresos superiores a las 10 Unidades de Medida y Actualización (UMA), lo que equivale a más de 32 mil pesos mensuales y cuya mayoría se encuentran en Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco y Estado de México.
Los expertos de BBVA descartaron la existencia de una burbuja de precios en el mercado residencial, debido a que no se ve un aceleramiento en el porcentaje de hogares que son dueños de sus viviendas a pesar de que los inmuebles se encarecen a mayor ritmo que el pago de las rentas.
Desde su punto de vista, hay fundamentos detrás de la apreciación de la vivienda no asociados a la especulación. La explicación principal está dada por los incrementos en los costos de los materiales y las remuneraciones en la mano de obra para construir los inmuebles.
También ha aumentado las adquisiciones en algunos segmentos y regiones después de la pandemia, pero “no se aprecia una demanda especulativa que infle los precios artificialmente”, concluyeron.