La asignación de Derechos Especiales de Giro que hizo el Fondo Monetario Internacional a sus países miembros, no son una solución milagrosa, advirtió el FMI
“Es un mecanismo muy útil e importante, especialmente en este momento, para generar confianza, para fortalecer la resiliencia económica y financiera mundial, pero no es una bala de plata, es parte de una gama más amplia de medidas de apoyo del FMI y una más de las que se tienen que buscar para salir de la crisis”, dijo la directora del departamento de Estrategia, Políticas y Revisión, Ceyla Pazarbasioglu.
Ayudarán a generar confianza y fortalecer la resiliencia, manifestó en un podcast para explicar lo que significan los 650 mil millones de dólares en DEG, para la recuperación global que aprobó la junta de gobernadores.
La funcionaria explicó que son activos de reserva internacional y se utilizan como unidad contable para las transacciones del FMI con sus países miembros.
Además, explicó que dicha asignación contribuirá en gran medida a ayudar a los países vulnerables y minimizar la peligrosa divergencia en las rutas de recuperación en todo el mundo.
Expuso que la asignación de DEG se distribuye a los países miembros en proporción a sus cuotas en el Fondo.
Por ejemplo, la participación de las cuotas para las economías avanzadas es de aproximadamente el 58%, mientras que para las de mercados emergente y en desarrollo, obtendrán aproximadamente 42%.
Enfatizó que es una de las acciones más importantes en la historia del organismo multilateral, comparada con la crisis del 2009, cuando la junta de gobernadores del FMI aprobó una asignación de DEG de unos 250 mil millones de dólares.
“Ahora fue una respuesta multilateral histórica con la aprobación de una asignación de DEG de alrededor de 650 mil millones de dólares; esto realmente no tiene precedentes. Es la asignación de DEG más grande en la historia del FMI”, destacó.
Señaló que se produce en un momento muy crítico en el que nos enfrentamos a una creciente divergencia entre las economías avanzadas y muchos países de mercados emergentes y en desarrollo debido a las diferencias en el acceso a las vacunas y la capacidad de brindar apoyo político.
Particularmente ayudará a los países miembros más vulnerables que luchan por hacer frente a el impacto de la pandemia de Covid-19 , como el pago de vacunas y equipo médico, aseguró.
Recordó que en marzo estimaron que los países de bajos ingresos necesitarían alrededor de 200 mil millones de dólares para intensificar su respuesta a la pandemia, incluidas las vacunas y la reconstrucción o mantener reservas.
Necesitan 250 mil millones de dólares adicionales para evitar una mayor divergencia de perspectivas con economías avanzadas, detalló.
Dados los niveles de deuda en muchos países de bajos ingresos, solo una parte de este gasto podría financiarse mediante préstamos, por lo que satisfacer estas necesidades realmente requerirá una fuerte respuesta coordinada y multilateral; de ahí la importancia y relevancia de la asignación de DEG, expuso.
Refirió que en 2009 los países más avanzados sin programas del FMI se aferraron a sus DEG como parte de sus reservas, mientras que los más vulnerables gastaron del 40% al 70% de sus asignaciones de DEG para cumplir con las obligaciones de pago externo y, en algunos casos, suavizar el impacto de los ajustes de política.
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