La Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo) pide piso parejo en el negocio de las gasolinerías, pues asegura que los problemas de fondo persisten.
“Siguen sin desvanecerse las sombras que proyecta el mercado paralelo o clandestino de refinados”, señaló Jorge Mijares Casas, presidente de la organización en la introducción de la revista bimestral de la Onexpo de septiembre-octubre de este año.
En este sentido, los gasolineros se han quejado de dos principales fenómenos: el huachicol, que es la extracción por pinchaduras a los ductos de petrolíferos y la consecuente venta ilícita de los productos.
Otro fenómeno es el huachicol fiscal, que es la importación de petrolíferos, gasolinas o diesel, con una fracción arancelaria que paga menos al erario y permite a quien introduce los productos, vender a menores costos que si se hace legalmente.
“Se estima que en este mercado hasta 30% de los petrolíferos que se comercializan provienen de fuentes de origen ilegal o ilegítimo. Por lo que esto, desde luego, más la inédita carga regulatoria por la que pasa el sector, desincentiva la inversión, la cual se requiere en México, solamente al considerar que hay más 200 municipios sin una sola estación”, aseguraron fuentes del sector que pidieron el anonimato.
El potencial del sector en México es amplio para las inversiones, de acuerdo con Carlos García, de Valero Energy, pues en una situación de expansión y de superarse los retos, hay espacio para que se puedan instalar desde 3 mil hasta 20 mil estaciones más y por cada una la inversión asciende a un millón de dólares.
“Es verdad que México puede tener un rezago en estaciones si se compara con Estados Unidos, pero está en un nivel similar a países de América Latina; además, hay que pensar que son negocios y no pueden dejar de ser rentables, por lo que el mercado avanza al nivel de la demanda”, explicó Alejandro Montufar, director general de PetroInteligence.