La recuperación del mercado laboral tras la pandemia se ha debilitado para las mujeres al cierre del tercer trimestre del año, lo que se refleja en una desaceleración en la creación de nuevos puestos, así como por el aumento de su participación en la informalidad.
Según especialistas, a ellas les resulta más difícil entrar al mercado laboral que a los hombres debido a la persistencia de su responsabilidad de atención a las labores del hogar y el cuidado de los hijos, enfermos y adultos mayores.
“Las mujeres no han visto del todo condiciones adecuadas para regresar y emplearse de nuevo”, afirmó a EL UNIVERSAL Tania Arita, directora de reclutamiento de Talent Solutions de ManpowerGroup.
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“Aunque ya hay más mujeres trabajando, aún es menor su participación en la población económicamente activa, y ello se refleja en sus ingresos”, destacó.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en los primeros tres trimestres de 2023 se generaron 364 mil empleos ocupados por mujeres, cifra 25% inferior a los creados en el mismo periodo del año anterior.
En contraparte, se crearon 435 mil puestos ocupados por hombres en el mismo lapso, cifra 24% mayor a la alcanzada por las mujeres y 32% superior a la registrada en los primeros tres trimestres de 2022.
“La principal razón son los cuidados. Si bien con la pandemia se presentó un retroceso de casi una década en la participación de las mujeres en el mercado laboral también es cierto que ellas buscan flexibilidad y, en muchos casos, sacrifican las prestaciones laborales o la calidad del empleo y se van a la informalidad para lograr un ingreso”, agregó la directiva de la firma de recursos humanos.
Por otra parte, el número de desocupadas ascendió a 745 mil mujeres hasta el tercer trimestre de 2023, con lo que la tasa de desempleo llegó a 2.8% de la población femenina económicamente activa, tasa similar a la registrada por hombres.
Sin embargo, cabe destacar que hay 3.5 millones de mujeres que están en disposición de trabajar pero que no buscan empleo, porque piensan que no tienen oportunidad para ello, cifra que es más del doble de los hombres que se encuentran en esa situación.
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Más informalidad
La población femenina ocupada hasta el tercer trimestre del presente año ascendía a 24 millones de trabajadoras, de las cuales 13.4 millones (56%) se encontraban empleadas de manera informal, 731 mil más que las reportadas un año antes, mientras que el número de trabajadores hombres en esa condición se redujo en 51 mil en el mismo periodo.
“El reto es cerrar la brecha entre el empleo formal y la informalidad en México. Se observa que las mujeres se están quedando rezagadas en el mercado laboral y captan los puestos informales que incluso pueden ir dejando los hombres”, afirmó Arita.
“La informalidad en mujeres es un reto importante para el mercado laboral, ya que tenerlas en la informalidad permea en que sus condiciones de trabajo se liguen con salarios bajos, falta de prestaciones, subempleo e impacten en los índices de desigualdad y pobreza”, agregó.
Del total de trabajadoras subordinadas, 41% no tiene acceso a las instituciones de salud, 40% labora sin un contrato por escrito y 31% no tiene prestaciones, como vacaciones pagadas, aguinaldo o pensión.
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Disparidad salarial
Por lo que se refiere a las percepciones laborales, 38% de las trabajadoras subordinadas ganan hasta un salario mínimo, es decir, 7 mil 798 pesos al mes, en el mejor de los casos, contra apenas 26% de la población ocupada masculina con ese nivel de percepción.
El ingreso laboral real promedio de la población ocupada a nivel nacional fue de 6 mil 875.72 pesos al mes en el segundo trimestre del año, de acuerdo con los datos más recientes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Los hombres ocupados reportaron un ingreso laboral real mensual de 7 mil 528.17 pesos, contra 5 mil 935.87 en el caso de las mujeres. En términos relativos, en el segundo trimestre de 2023 el ingreso de los hombres ocupados fue aproximadamente 1.3 veces mayor al de las mujeres.