Un buen número de estudios coinciden en algo: los trabajadores necesitan del aprendizaje constante y de la adquisición de habilidades nuevas para hacerle frente a un mercado laboral tan cambiante como el que vemos hoy. “Ya no es que terminas tu licenciatura y ya no vuelves a abrir un libro. Hay que seguir desarrollándose porque el mercado del trabajo te pide desarrollar habilidades”, explica Denisse Halm, directora general para Hispanoamérica y España en Udemy.
Así que estudiar en una universidad es apenas el principio de todo lo que tendremos que aprender en el mundo del trabajo si queremos no sólo sobrevivir, sino formar parte de aquellos trabajadores más productivos que el promedio. Hoy ellos son cada vez más oro molido para las empresas, escasas en talento y ávidas de llenar plazas que muy pocos pueden ocupar.
En esta sintonía, serán ellos los que lideren el mercado laboral: “Las personas con las habilidades requeridas que pueden aprender y adaptarse continuamente son quienes tomarán las decisiones”, señala el estudio Revolución de Habilidades 2.0, realizado por ManpowerGroup. Es decir, las personas necesitan tener habilidades necesarias para desempeñar el puesto pero también deben tener esa capacidad de aprendizaje y adaptación que son esenciales para sobresalir y responder a lo que las empresas están buscando. “Las personas que tienen la habilidad de aprender tienen garantizado el éxito”, explica Héctor Márquez, director comercial y de relaciones institucionales de ManpowerGroup.
Hasta cierto punto hay buenas noticias porque los trabajadores están conscientes de la necesidad de aprender y reinventarse frente al mundo laboral cambiante.
Un estudio realizado por Kelly Services y titulado ¿Qué piensa el talento en México? Encontró que, frente a esta era de incertidumbre, los trabajadores están cada vez más preocupados por tener las habilidades necesarias al día para mantener su empleabilidad a largo plazo. Los que están más preocupados es el grupo de mayor edad, es decir, la generación silenciosa (aquellos nacidos en la década de los 30, los cuales ya son minoría), pero entre los millennials esta preocupación también es alta (73%) debido a que “los tiempos de incertidumbre crecen”.
En general el promedio es alto: 68% de los trabajadores asegura que está más preocupado porque sus conocimientos o habilidades se vuelvan obsoletos que por un posible despido. En este sentido, también los empleados tienen una consciencia de esta necesidad de cambio. 82% considera que sus conocimientos tendrán que evolucionar y crecer para mantenerse al día con los cambios en su industria.
Los resultados de un estudio de Udemy sobre brecha de habilidades coincide con estos hallazgos: 66% piensa que hay una brecha de habilidades y el mismo porcentaje cree que se encuentra afectado por ella.
“Esto quiere decir que en un periodo corto, de cinco años, más o menos, esta gente sabe que va a tener un desafío que le va a requerir el desarrollo de una nueva habilidad”, explica Denisse. Y al menos más de la mitad considera que ellos mismos tendrán que responsabilizarse de esta capacitación.
Se la ha llamado “resiliencia profesional” a la capacidad que tienen algunos colaboradores para enfrentar estos cambios en el mundo laboral, la cual les hace no esperar a que las compañías conduzcan su carrera profesional y toman las riendas a través de distintas formas, entre estas, la capacitación, explica el estudio de Kelly Services. Y si bien esta capacidad y esta apertura por parte de los trabajadores son esenciales para que se pueda llevar a cabo, ¿de quién es responsabilidad que los trabajadores se capaciten? Según un estudio de Udemy, 43% de los mexicanos opina que debe ser el gobierno el responsable, 22% sostiene que las empresas, y 20% a través de un crédito fiscal. Así, 63% piensa que es responsabilidad de los demás y es que en parte debería de serlo, mucho más tomando en cuenta lo bajo de los salarios.
“Todo se ha vuelto más caro y para el empleado, con los sueldos que tenemos en el país, no es nada fácil que pueda pagar sus estudios. Él debe estar dispuesto a invertir parte de su tiempo pero el lado económico es en el que como empresas nos corresponde invertir en el personal”, explica Márquez.
La responsabilidad de las empresas
Los empleadores necesitan retomar esa responsabilidad que desde varios años han dejado de lado de manera parcial: la de capacitar y preparar a sus colaboradores.
“Necesitamos regresar a esas prácticas que sabíamos hacer. Siempre tenías un grupo de trainees o de gente que sabías que era el mejor negocio irlos entrenando en distintas áreas, pero se perdió por la necesidad de reducir costos. Como en una familia, falta dinero, pues lo inteligente sería no suspender la educación de los hijos, pero de repente los sacan de estudiar para que ayuden a trabajar”, explica Márquez. Las organizaciones, ante la crisis, buscaron recortar costos y fue a través de la capacitación.
Además, a las empresas les conviene, porque un empleador que ofrece oportunidades para adquirir nuevas habilidades y conocimientos es atractivo para cada vez más trabajadores, de acuerdo con lo encontrado por el estudio de Kelly Services. Por desgracia, la inversión que se está haciendo hoy no es suficiente.
“Tanto empleados como empleadores sienten que la inversión en capacitación y desarrollo de nuevas habilidades no es la adecuada”, explica el estudio. Sólo unos pocos sienten que la organización invierte en capacitación. Según un estudio de Deloitte citado dentro del análisis de Kelly Services, solamente 40% del personal califica a su empleador como “listo” o “muy listo” en el rubro de aprendizaje y desarrollo.
Que las empresas inviertan en la capacitación de sus empleados es una manera muy efectiva de atajar la crisis de talento que se vive actualmente. En México –según cifras de ManpowerGroup–, 50% de los empleadores informa tener dificultades para cubrir puestos de trabajo.
Esta es una crisis que tiene años y que se puede achacar a varias causas, entre ellas, la poca vinculación entre la academia y el mundo laboral, lo bajo de los salarios pero también que las empresas desde hace varios años han decidido reducir costos a través de un recorte a la capacitación de los empleados. Lo cual está cobrando factura a través de esta escasez de colaboradores habilitados para cubrir los puestos de trabajo que se necesitan en el mercado.
Retomar esta práctica que antes era constante y que fue sacrificada por la crisis hará a las organizaciones más competitivas frente al mercado laboral y les permitirá retener a aquellos trabajadores más aptos.
“[La capacitación] resuelve muchísimo la escasez de talento. Retomar estas prácticas que dejamos de hacer en la última década debido al entorno económico y macroeconómico de la crisis mundial es necesario. Parte de lo que se recortó del presupuesto es la educación y la capacitación dentro de las empresas, por eso hoy vemos esa crisis de talento”, explica el especialista de ManpowerGroup.
Años después podemos ver cómo esta acción cobra una factura muy cara para las mismas organizaciones, porque la carencia de oferta muchas veces hace que tengan que pagar más caro por el talento especializado que necesitan para que su empresa funcione.