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Mucho se ha hablado durante los últimos 24 meses de la situación que vive el sector de las Instituciones Financieras no Bancarias (IFNB’s), de la importancia que tienen como brazo de crédito para una base sustancial de usuarios en el país y de los retos y oportunidades que enfrentan tras la crisis de confianza que los ha puesto ante condiciones de fondeo mucho más restrictivas.
Vale la pena poner en contexto que, de acuerdo con la información de la CNBV, la cartera de crédito de las IFNB’s corresponde al 9.32% del total de la cartera de crédito del país y aproximadamente equivale al 3.2% del PIB. Si bien es cierto que el sector de la Banca Múltiple sigue siendo el jugador principal por tamaño de cartera de crédito, el papel que juegan las IFNB’s en zonas y sectores que la Banca Múltiple no cubre, nos obliga a poner atención en esta conversación, así como a las alternativas a las que han recurrido para fortalecer al sector y regresar la confianza a algunos de los participantes del mercado que hoy siguen cuestionando los eventos de incumplimiento de pago que se dieron en el pasado.
Lo que hoy es una realidad es que, de acuerdo con el Sectorial publicado por HR Ratings en septiembre pasado, el sector de IFNB’s mantiene una adecuada posición de solvencia, así como métricas de apalancamiento, morosidad y rentabilidad en niveles apropiados. El reporte contempla 81 intermediarios pertenecientes a los sectores Agrofinanciero, Microfinanciero, Descuento vía Nómina y PyME’s, en los que predomina la calificación en el rango de HR BBB.
Ahora bien, hablando del contagio de la percepción negativa hacia el sector, es importante diferenciar el fondeo a estas instituciones a través de estructuras de cartera o quirografarias, ya que si bien hubieron inversionistas perjudicados por el impago de bonos quirografarios, los inversionistas que participaron en estructuras de bursatilización recibieron sus pagos en tiempo y forma, confirmando de manera sólida la fortaleza que tienen este tipo de estructuras en un momento de crisis de la entidad, en donde al aislar la cartera a través de un fideicomiso y blindarlo con los elementos legales adecuados, va generando los flujos necesarios para pagar de acuerdo al calendario planteado desde el inicio de la estructuración. Con esto, lo que podemos confirmar es que si bien el fondeo se ha restringido, o mejor dicho, se ha vuelto “más selectivo”, aún existen alternativas que permiten a las IFNB’s obtener financiamiento no sólo de la banca de desarrollo y banca múltiple nacional, sino de organismos internacionales como el BID y el IFC.
Finalmente, parte importante de lo que facilita la relación con este tipo de organismos y fondeadores es el nivel de institucionalización de la IFNB’s, por lo que parte de los retos que hoy enfrenta el sector, si bien están relacionados con el tema de fondeo, también lo están al fortalecimiento interno de sus procesos y su operación, por lo que es muy importante que se enfoquen en mantener una cartera de calidad, en la adopción de herramientas tecnológicas que les permitan tener mayor eficiencia en procesos de originación y seguimiento, así como la identificación y mitigación de riesgos operacionales que les permitan ser transparentes en su información, y sobre todo, hacer frente a cualquier requerimiento que un tercero relacionado les pueda solicitar.
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