La baja impositiva que ha prometido Donald Trump a corporativos en Estados Unidos y la amenaza de aplicar aranceles, puede reducir el atractivo de México para la relocalización de inversiones (nearshoring) y la captación de nuevo capital foráneo, dijeron especialistas a EL UNIVERSAL.
Entre otras medidas que podría anunciar hoy al tomar posesión como presidente de Estados Unidos, destaca la reducción de la tasa de impuesto sobre la renta corporativo federal hasta 15%.
“La propuesta podría convertir a Estados Unidos en un destino aún más atractivo para la inversión manufacturera internacional, especialmente en comparación con países como México, donde la tasa de impuesto corporativo sobre la renta se mantiene en 30%”, dijo Víctor Aguirre, socio de BlackBox Startup Law, firma especializada en startups transnacionales.
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Para México, esto podría traducirse en una pérdida de inversiones manufactureras destinadas originalmente a sus zonas industriales, como la del Bajío y la frontera norte, en sectores como el automotriz y el electrónico, agregó Aguirre.
Dura batalla
“El tema del nearshoring con la narrativa de Donald Trump sería: o vienes a México, que está más cerca y es más barato, o regresas a EU. Se abre una lucha mucho más clara con la repatriación de inversiones. Trump desea que regresen a Estados Unidos”, comentó Rodolfo Ostolaza, subdirector de Estudios Económicos de Banamex.
Sin embargo, advirtió que las empresas tomarán la decisión que más les convenga, lo que tiene mucho que ver con incentivos fiscales, así como rutas de logística y distribución. Así, esto se convierte en una competencia más dura para atraer inversión extranjera dentro de la narrativa de la relocalización, dijo.
“Va a ser interesante cómo se replantea este tema, a quién le conviene que sea una relocalización cercana y a quién le conviene regresar a EU, y esa segunda parte va a depender de los estímulos o cambios tributarios que realice Trump”, destacó.
Reto y oportunidad
Uno de los principales debates en el comercio internacional es que un país no puede producir todo, sino buscar dónde tiene más ventajas competitivas. Así, la reducción en los impuestos corporativos hace que se aproveche la producción de algunos componentes en Estados Unidos, pero habrá otros que será mucho más barato producirlos en México, estimó Alejandro Padilla, director general adjunto de análisis económico y financiero de Banorte.
En su opinión, el reto o la oportunidad para México es encontrar los sectores o actividades con un mayor valor agregado, en donde haya verdaderas ventajas competitivas, y definir de qué manera se puede ser un socio estratégico en toda la cadena de valor.
Estimó que, con la imposición de aranceles y la disminución de impuestos en EU, muy probablemente habrá una reconfiguración de las cadenas globales de suministro, y ante ello México debe encontrar sus ventajas competitivas.
Alcances y limitaciones
Con la política comercial y fiscal que pretende instrumentar Trump se reducen los incentivos para invertir en México, pero el país seguirá siendo una opción viable, ya que es un mercado importante, con mano de obra todavía joven, relativamente barata y preparada, además de contar con una red de acuerdos comerciales con otras regiones, afirmó James Salazar, subdirector de análisis económico de CIBanco.
Las decisiones que tome Trump harían menos atractivo al país, agregó, y de ahí la importancia del Plan México recientemente anunciado por Claudia Sheinbaum.
“Estratégicamente [el Plan México] está bien diseñado, a partir de la idea de sustituir importaciones modificando la estructura productiva, generar una industria de soporte interno, que permita eventualmente ser el proveedor de las empresas que terminan exportando”, destacó Salazar.
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Sin embargo, el problema de ese plan es que depende de lo que pueda hacer efectivamente Trump y lo que pueda hacer el sector privado local.
“Para que funcione se necesitaría que la inversión se potencializara, y estamos conscientes de que el marco normativo en que se mueve el ambiente de negocios se ha deteriorado. Las reformas constitucionales controversiales mermaron la confianza del inversionista”, advirtió.
En su opinión, es complicado que el plan se pueda implementar cabalmente, ya que se necesitan un Trump controlado y un sector privado mexicano que invierta en un escenario más riesgoso en el que las reglas de juego están cambiando.
El reto es enfrentar a Trump con inteligencia, sobre todo en la negociación, afirmó Ostolaza.