México representa el segundo mercado de telecomunicaciones más grande de América Latina, con un valor estimado de 35 mil 310 millones de dólares para 2025. Si bien su potencial es considerable, con un crecimiento anual proyectado de 6.51% hasta 2033, este sector debe superar múltiples desafíos.

Entre ellos, los recientes cambios regulatorios que han retrasado decisiones estratégicas de inversión, tarifas por licencias de espectro 5G que se encuentran entre las más altas del hemisferio occidental, y un entorno donde el operador más grande posee 70% del mercado. Estos obstáculos están obligando a la industria a innovar, provocando un cambio fundamental del modelo tradicional de telecomunicaciones.

Tres casos que cambian el juego en México

A inicios de año, AT&T lanzó Wim, su nuevo operador de red móvil en México, lo que les permitió evitar las complejidades de construir infraestructura física de telecomunicaciones al desarrollar su arquitectura digital y nativa en la nube en solo cuatro meses.

Implementaron inteligencia artificial (IA) generativa para servicio al cliente y aprendizaje automático (ML) para detección de fraudes desde el inicio. En el proceso, han combinado conectividad, entretenimiento y experiencias personalizadas para sus clientes en un ecosistema digital único. La integración de plataformas como Prime Video y Paramount+ en sus planes de membresía les permitió capitalizar el mercado de streaming de México, donde 58% de los usuarios de internet están suscritos al menos a un servicio.

Esta empresa ha reimaginado el concepto de operador móvil en la era digital, demostrando la viabilidad de enfoques nativos en la nube centrados en el consumidor.

Otro de los grandes desafíos en México es el alto costo del espectro, que ha retrasado el despliegue de 5G. Para mitigarlo, Telefónica se asoció con la red móvil colaborativa Helium, accediendo a su red descentralizada, compuesta por puntos de acceso desplegados en comunidades que actúan como mini torres de telefonía.

Con ello, Telefónica ha reducido los costos de infraestructura mientras expande su cobertura en áreas donde las torres de telefonía tradicionales no son económicamente viables, conectando a más de dos millones de suscriptores en áreas desatendidas.

La iniciativa distribuye costos entre comunidades en vez de centralizarlos, permitiendo a Telefónica evitar las tarifas del espectro 5G, con un ahorro estimado de 2 mil 500 millones de dólares en 20 años, mientras construye una infraestructura adecuada para el panorama geográfico y económico tan diverso de México.

El entorno regulatorio representa otro reto. Para enfrentarlo, Virgin Mobile México implementó una solución de nube híbrida que mantiene el cumplimiento normativo con eficiencia operativa.

Han utilizado la infraestructura de AWS en Querétaro para ofrecer tiempos de respuesta en milisegundos de un solo dígito a 4.5 millones de suscriptores, para entregar sus servicios de streaming. Asimismo, están llevando infraestructura de nube completamente gestionada a sus centros de datos, permitiéndoles construir una arquitectura 5G moderna.

Su arquitectura de nube sin servidor ha reducido el tiempo de activación del servicio de 48 horas a menos de 15 minutos, una ventaja competitiva crítica en el mercado.

Riesgo y oportunidad

Estos ejemplos ilustran cómo la industria de telecomunicaciones de México está innovando para superar los retos de operar con modelos tradicionales de telecomunicaciones, así como la brecha entre el modelo tradicional, basado en infraestructura física, y las oportunidades que abre la inversión en tecnologías emergentes.

Esta brecha representa el mayor riesgo y la mayor oportunidad para la industria, pues algunas organizaciones podrían perder relevancia a medida que los competidores implementan capacidades que anteriormente se consideraban imposibles o económicamente inviables. Su infraestructura heredada, que alguna vez fue una ventaja, ahora está limitando su capacidad de adaptación.

Este momento es particularmente significativo, ya que las herramientas y tecnologías que impulsan esta disrupción están disponibles y son accesibles para cualquiera. Las barreras para la innovación no son tecnológicas, sino organizacionales.

Aquellos que puedan adaptarse e innovar prosperarán en la próxima década, pero aquellos que no puedan, corren el riesgo de convertirse en ejemplos de cómo la disrupción tecnológica puede acabar con negocios establecidos.

* Estratega de Innovación Empresarial en Amazon Web Services (AWS).

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