Aunque las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas se enfocaron hasta ahora en bienes industriales, para el nuevo presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), , no se puede descartar que se extiendan a los , lo que sería crítico para el país.

“Ningún producto agropecuario aguantará. No hay nada que aguante un 25% de arancel sobre el precio de venta. Sacará a cualquier productor del mercado y tendrías que pensar en la sustitución de esos productos”, explicó en entrevista con EL UNIVERSAL.

El nuevo presidente del CNA, quien tomó protesta el pasado 17 de febrero en sustitución de Juan Cortina Gallardo, comentó que “el campo es fácil de golpear, porque hablas de productos perecederos. Con el acero te puedes dar un mes para negociar, pero con los productos agrícolas generalmente no te puedes dar ese tiempo”.

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Productos agropecuarios
Productos agropecuarios

“Es normal que usen a los productos agropecuarios como moneda de cambio, tenemos que estar conscientes de ello”, explicó el empresario que dirige una comercializadora de café, cacao y algodón.

Por ello, mencionó que durante la negociación que se presente con el gobierno estadounidense “México tiene que mostrar que somos países complementarios. Es algo bien importante para ambos lados”.

Estrategia complicada

Estados Unidos tiene que reconocer que la relación comercial del sector agropecuario es compleja, porque es deficitario en muchos alimentos del campo y debe importar productos como jitomate y azúcar, entre otros, y a la vez el país es un importante proveedor de granos para el mercado mexicano.

“No puedo decir que los estadounidenses no van a intentar poner aranceles u obstáculos, claro que lo pueden hacer. Sin embargo, los principales afectados serán sus consumidores y nosotros vamos a decirlo. Pero si hacemos lo mismo [aplicar aranceles en represalia], los principales afectados serán los consumidores mexicanos”, alertó Esteve Recolons.

México es el principal proveedor de alimentos para Estados Unidos, pues alrededor de 70% de las hortalizas y más de 50% de las frutas que consumen los estadounidenses se cultivan en el territorio nacional.

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Detalló que Estados Unidos exporta granos a México, “de manera que somos el mayor importador de su maíz, de oleaginosas, lácteos y productos cárnicos”.

El nuevo presidente del CNA afirmó que, aunque Estados Unidos “le puede pegar al campo si impone aranceles a agroalimentos mexicanos, de igual manera se pegan ellos mismos. Entraríamos en un juego en el que no gana nadie”.

La amenaza arancelaria persiste, señaló, “porque es parte de la estrategia de negociación de Donald Trump, pero tengo la confianza que tiene mucha gente muy preparada que le dice que no lo haga”.

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Esteve Recolons dijo que el sector agroalimentario mexicano cuenta con un plan B en caso de que se requieran nuevos proveedores para conseguir productos de importación que puedan ser afectados por un arancel de represalia si México decide responder arancel por arancel.

Pese a ello, dijo que “México está inquieto por las señales y amenazas que ha realizado nuestro vecino y principal socio comercial”, pero los empresarios están más ocupados que preocupados, “porque somos socios indispensables, imprescindibles e irremplazables”

Diversificación de mercados

Para el presidente del CNA, es necesario que en México se trabaje en la diversificación del destino de sus exportaciones para no depender de las ventas hacia un solo país.

“Si yo soy un empresario y mis productos se los vendo a un solo cliente, creo que dormiría más tranquilo si tuviera 10 clientes medianos que uno grande”, explicó.

Indicó que en este momento hay agricultores que no quieren seguir poniendo todos los huevos en una misma canasta, por lo que es normal que las empresas empiecen a considerar la diversificación como una estrategia de negocios, añadió.

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Esteve Recolons consideró que el sector agropecuario enfrenta una serie de retos, como por ejemplo el cambio climático, factor que provoca que haya temperaturas extremas y que se traduce en nuevos retos en cuanto a plagas y enfermedades.

También destacó la problemática de la sequía, para lo cual se requiere contar con infraestructura adecuada y suficiente que permita a los productores del campo trabajar más con menos agua.

La inseguridad es otra preocupación para las empresas del sector, agregó, debido a que la inseguridad, el crimen y la violencia aumentaron a lo largo de la última década.

Asimismo, comentó que es necesario que los pequeños productores reciban capacitación, adopten tecnología, se sumen a la formalidad y se impulse la productividad del campo mexicano.

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