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La industria nacional de la turbosina se está desplomado y abre la puerta a comercializadoras para traer el producto de refinerías extranjeras.
Luego de que la producción, encargada a Petróleos Mexicanos a través de su subsidiaria Pemex Transformación Industria (TRI), llegó a cubrir 100% de la demanda de las aerolíneas, no sólo nacionales sino internacionales, y que incluso se generaron excedentes para exportar, hoy cubre apenas cinco de cada 10 litros que consumen las aeronaves que emplean los aeropuertos del país.
En cinco años, la producción de este combustible se cayó 33.4%, lo que abre paso a un importante número de empresas —que concentran 75 permisos— como CFE, Altos Hornos de México o grandes petroleras y comercializadoras como Total, Valero, Shell, BP, Vitol, Glencore o Trafigura dispuestas a importar la turbosina que el país necesite y disputarse un mercado que vale 4 mil millones de dólares anuales.
En 2013, Pemex producía 60 mil 812 barriles diarios para distribuir al sistema aeronáutico nacional, que conforman tanto líneas aéreas nacionales como internacionales, entre ellas clientes tan importantes como Aeroméxico, Volaris, Interjet, Aeromexico Connect, United Airlines, Delta Airlines, VivaAerobus, American Airlines, West Jet y Lufthansa, principalmente.
Ese año la producción nacional de turbosina cubría casi 100% de la demanda (97.7%) y México exportó mil 501 barriles diarios en promedio.
La otra mitad, 43 mil 165 barriles diarios, de acuerdo con cifras del Sistema de Información Energética de la Secretaría de Energía (Sener), fue cubierta con importaciones provenientes, en su mayoría, de Estados Unidos, las cuales tuvieron un costo de mil 119 millones de dólares.
Pemex argumentó en su informe sobre sus estados financieros correspondientes al tercer trimestre de 2017, que la caída en la producción de petrolíferos, entre los cuales figura la turbosina, se debió a un menor proceso de petróleo crudo en refinerías (-23.8% en ese trimestre).
Los datos al cierre del año muestran que la producción de turbosina enero se sitúo en 47 mil 153 barriles diarios. Para diciembre, el volumen bajo a 32 mil 158, lo que representa una caída de 32% y que obligó a importar este tipo de combustibles para cubrir la demanda de aerolíneas que surcan el espacio mexicano.
No obstante, la caída constante de la producción de turbosina se empezó a registrar desde 2013 y las compras externas empezaron desde 2006 con 137 barriles diarios.
El problema, de acuerdo con la Cámara Nacional del Aerotransporte, es que las importaciones contribuyen a elevar los precios de este carburante en el mercado nacional: en 2015, el litro de la turbosina había alcanzado su precio más bajo, 6.53 pesos. Actualmente, valor de 2017, su cotización promedio es de 12.41 pesos, lo que representa un incremento de 90% en dos años.