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noe.cruz@eluniversal.com.mx
Los grandes volúmenes y costos de importación de combustibles, tanto gasolinas como diesel, están afectando las finanzas de Petróleos Mexicanos (Pemex).
El Consejo de Administración evaluó los programas anuales de la empresa y sus subsidiarias en 2017, y concluyó que los volúmenes de importación de combustibles afectaron los ingresos propios de la empresa productiva del Estado ese año, “como consecuencia de una menor producción de petrolíferos en Pemex Transformación Industrial”.
Ante esas circunstancias fue necesario autorizar “una adecuación presupuestal que consideró el traspaso de 15 mil millones de pesos de inversión física a gastos de operación, con el fin de mantener la continuidad operativa, sin afectaciones a las metas previamente planteadas”.
Es decir, añade el balance presentado en la pasada sesión ordinaria del 17 de abril, “que para que Pemex lograra alcanzar la meta de balance financiero fue necesario reducir el gasto programable a fin de compensar este efecto”.
De 2010 a marzo de 2018, Pemex ha gastado aproximadamente 107 mil 975 millones de dólares para comprar gasolina en el exterior.
El máximo órgano de gobierno de Pemex sostiene que aunque en 2017 hubo una mejora de las condiciones del mercado internacional, en particular la recuperación de los precios para los crudos marcadores, no fue posible alcanzar el nivel de ingresos propios programado, pues registraron una disminución de 2.7% respecto al Presupuesto de Egresos de la Federación, equivalente a 10.5 mil millones de pesos. Ante esa situación, se “requirió llevar a cabo ajustes en el gasto programable, en particular sobre la inversión”.
Durante el año pasado, la petrolera importó en promedio 570 mil barriles diarios únicamente de gasolinas, por lo que tuvo que pagar 15 mil 102.8 millones de dólares.
Para 2018 están programadas compras externas de gasolinas en un volumen promedio de 413.7 mil barriles diarios, por las cuales se estima que será necesario desembolsar 11 mil 492 millones de dólares.
El balance va más allá, pues el Consejo de Administración concluyó que “la ejecución de las oportunidades incluidas en el Plan de Negocio no se han materializado al ritmo previsto y algunas de ellas han requerido ser reprogramadas, replanteadas e incluso descartadas”.
Entre esas oportunidades destacan aspectos específicos que el mismo plan establece, tales como las inversiones asociadas a las reconfiguraciones de las refinerías y la recuperación de la confiabilidad de las operaciones de refinación.
Pemex debe enfocarse en instrumentar acciones que le permitan revertir las pérdidas económicas en sus líneas de negocio, recuperar el nivel de actividad que lleve a compensar la declinación de los campos, mejorar el desempeño operativo de las refinerías y establecer mecanismos que garanticen el abasto de materias primas para sus procesos productivos, agrega el análisis.