Es recurrente la afirmación por parte de diversos funcionarios públicos sobre la necesidad de atraer inversión extranjera directa (IED). Al ponderar los beneficios del ajuste fiscal y de las reformas estructurales se destaca el impacto positivo en materia de inversión extranjera. Se insiste en que la estabilidad macroeconómica y una gran diversidad de cambios en las leyes en materia económica dan certidumbre a la inversión extranjera. Se destaca que los mayores flujos de IED contribuyen a la formación de capital productivo para las empresas, generación de empleos e impulso al crecimiento.

Los datos de años recientes indican que hay un notable incremento en el ingreso de IED al país. Desde el año 2013 hasta el tercer trimestre del año en curso las entradas de IED alcanzan la cifra de 163 mil millones de dólares, la mayor cantidad desde el sexenio de Ernesto Zedillo a la fecha, aún sin considerar los ingresos que se den en el último trimestre del año en curso y los del año próximo. En promedio, el ingreso anual para el periodo de 2013 a 2016 es de 35 mil millones de dólares, muy superior a la cifra de 25.7 millones de dólares anuales durante la administración de Felipe Calderón y de 24 millones de dólares en los tiempos de Vicente Fox.

En las negociaciones en curso del TLCAN uno de los problemas que se advierte ante un escenario negativo es la incertidumbre que puede generarse para las inversiones extranjeras, interrumpiéndose el ciclo de crecimiento de los 28 años anteriores. El incremento en los flujos de entrada de IED es un dato inobjetable. A diferencia de otros países desarrollados y, en años recientes, de la economía china, no hay un proceso equivalente de inversiones en el extranjero por parte de empresas con matriz en México. En 2016 las participaciones de capital y la reinversión de utilidades en el extranjero por cuenta de empresas con matriz en México suman 8 mil millones de dólares, mientras el ingreso de IED al país por esos mismos conceptos son 20 mil millones de dólares. Pero además es necesario hacer un examen sobre algunos aspectos de la composición de la IED para evaluar adecuadamente su impacto en la formación de capital y en la ampliación del capital productivo.

De 2013 al tercer trimestre de 2017 del total de IED que ingresa al país sólo 61.4 miles de millones de dólares corresponden a nuevas inversiones, mientras que la reinversión de utilidades es de 63.6 miles de millones de dólares. El resto son cuentas entre compañías. Ello implica que la mayor parte de los recursos invertidos en el país por parte de estas firmas extranjeras son generados en la propia economía de México. Además, en algunos años una parte considerable de las nuevas inversiones se utiliza en adquirir compañías que están operando en México. En 2013, el año con mayor ingreso de IED, por 48 mil millones de dólares, algo más de 17 mil millones de dólares procedieron de reinversión de utilidades. Las cuentas entre compañías son 8 mil 500 millones de dólares. Las nuevas inversiones fueron por 22.4 mil millones de dólares, pero fue el año en que se cerró en el mercado bursátil la venta de Modelo a AB-InBev por algo más de 20 mil millones de pesos. Los recursos financieros utilizados en ampliar el capital productivo procedentes del exterior fueron los menos del total de IED que ingresó al país. En otros años con ingresos cuantiosos hay también venta a capitales del exterior de grandes empresas y el peso de la reinversión de utilidades es sumamente importante.

Departamento de Economía, Universidad
Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa

vidal.gregorio@gmail.com
Twitter: @GregorioVidalB

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