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La imposición de aranceles a los autos importados en Estados Unidos puede afectar directamente a la industria automotriz de ese país, que dejarán de vender 2 millones de vehículos en ese mercado debido al incremento de precios.
Se estima que la aplicación de un arancel de 25% a los autos importados puede significar un aumento de 6 mil 400 dólares en el precio de un vehículo de 30 mil dólares.
“La industria automotriz estadounidense tiene una cadena de valor notablemente integrada con sus socios comerciales Canadá y México, lo que ha permitido que los consumidores estadounidenses tengan vehículos a precios accesibles”, señala un estudio de Coface.
General Motors, Ford y Fiat Chrysler tienen varias plantas en Canadá donde fabrican más de 50% de los vehículos que venden; mientras que las japonesas Honda y Toyota también tienen un importante volumen de producción en ese país.
“Forzar a las automotrices a reubicar su producción dentro de Estados Unidos exacerbaría el incremento de precios”, precisa.
Además, si los países a los cuales se les apliquen los aranceles toman medidas en represalia, se puede perder hasta 5% de la fuerza laboral del sector automotriz en EU. Mientras que la producción y la exportación automotriz estadounidenses pueden caer entre 4% y 9%.
“No parece prudente elegir como blanco de ataque a los fabricantes alemanes, pues las represalias de la Unión Europea podrían obligar a fabricantes como BMW a reducir sus operaciones en EU”, agrega.
Actualmente, BMW fabrica SUVs de lujo en la planta de Spartanburg en Carolina del Sur, los cuales también se exportan fuera de Estados Unidos, “un movimiento así va contra la política de regresar los empleos a Estados Unidos”.
El pasado 23 de mayo, el presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó una investigación bajo la Sección 232 del Acta de Expansión Comercial que data de 1962, para que en caso de que los autos importados representen un asunto de seguridad nacional, se les imponga un arancel de 25%.
Coface expuso que el mandatario está impulsando esta medida para reafirmar su propuesta de “regresar los empleos a ese país”.
Mientras que por otro lado, la administración Trump está tratando de corregir el déficit comercial que tiene con Canadá, México, Japón, Corea del Sur y la Unión Europea.
En 2017, Estados Unidos registró un déficit comercial de 125 mil millones de dólares en importación de vehículos con el resto del mundo.
Los países que más contribuyeron con este déficit fueron Japón, con 40 mil millones de dólares; Canadá, 29 mil millones; México, 27 mil millones; Alemania, 14 mil millones; Corea del Sur, con 14 mil millones, y el Reino Unido, con 7 mil millones.
Con Canadá y México, busca incluir un mayor contenido de componentes estadounidenses en los autos que se fabrican en ambas naciones mediante el TLCAN.