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En 2018, México prevé dejar de exportar petróleo crudo ligero y súper ligero tipo Olmeca e Istmo, de los más caros que se cotizan en los mercados internacionales.
De acuerdo con información de Petróleos Mexicanos (Pemex), la totalidad de la producción de esos tipos de aceite se destinará al Sistema Nacional de Refinación (SNR), por lo que tendrá que dejar de venderlo a clientes del exterior.
Incluso, se prevé que México podría registrar un “déficit de crudo Istmo para el SNR” en los primeros meses del año en curso.
Para cubrir el déficit, la empresa podría recurrir a importaciones, como lo dio a conocer EL UNIVERSAL el pasado 29 de enero, en volúmenes promedio de 22.6 mil barriles diarios, los cuales serán mezclados con el crudo pesado buscando que las refinerías puedan mejorar su capacidad de procesamiento.
La proyección de exportaciones de petróleo crudo de Pemex en 2018 refiere que la petrolera dejará de vender crudo ligero, salvo un cargamento que tiene registrado para diciembre, con un volumen de 19.9 mil barriles diarios con un valor de 31.8 millones de dólares a un precio promedio de 51.50 dólares por barril.
En el caso del crudo tipo Olmeca, la suspensión de exportaciones se da durante todo el año. Tradicionalmente, Pemex colocaba estos crudos en los mercados de América, Europa y el Lejano Oriente.
Todavía en 2017 colocó en los mercados externos un promedio de 18 mil 944 barriles diarios del tipo Olmeca y 85 mil 783 barriles de Istmo, que le redituaron cerca de 2 mil millones de dólares.
Buena parte del problema que obliga a sacar este tipo de aceites tiene que ver con la caída en su producción y la necesidad de disponer de volúmenes suficientes para la dieta de crudos que requieren las seis refinerías que operan en el país.
Según el Plan de Negocios de Pemex Transformación Industrial 2016-2020, las refinerías se construyeron para procesar crudos ligeros, pues en los 70 y 80, Pemex producía primordialmente crudo ligero.
Actualmente, tres de las refinerías son de configuración compleja (Cadereyta, Minatitlán y Madero), lo que les permite producir una mayor proporción de gasolina y diésel procesando crudo pesado, pero las de Salamanca, Tula y Salina Cruz requieren crudos ligeros.
En todos los casos, las refinerías mexicanas tienen brechas de 10% en rendimientos de destilados por su baja confiabilidad operativa.
México dejó de producir poco más de 103 mil barriles diarios de crudo ligero y 110 mil barriles de crudo superligero entre 2010 y 2017.
Información de Pemex indica que las refinerías recibían 747.1 mil barriles diarios de petróleo crudo ligero en 2010. Actualmente, de acuerdo con datos al cierre de 2017, reciben 458.1 mil barriles.
Esta situación ha impactado los niveles de procesamiento de aceites ligeros por refinería.