Fiel a su estilo, el empresario ocupó más de 3 horas y media para dar su visión del momento económico y político que vive el país, la relación con y, por su puesto, la posición de sus empresas en el país.

En las instalaciones de Inbursa, su brazo financiero, en una de las zonas más exclusivas de la ciudad de México, Slim se tomó tiempo en rememorar la historia del crecimiento de Grupo Carso, con sus primeras inversiones desde mediados de los años 50 hasta la adquisición de una parte de Telmex a mediados de los 90, momento clave en la transformación de las telecomunicaciones en México.

Apoyado solamente con una desordenada pila de papeles con miles de anotaciones, el empresario más rico de México duda por momentos de su memoria y pide a su equipo verificar varios datos. Aquí, titubea al asegurar si Porfirio Díaz y Thomas Alva Edison realizaron una de las primeras llamadas telefónicas de la historia.

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Flanqueado por su yerno y uno de los empresarios más mediáticos del país, Arturo Elias Ayub, Slim no ocultó su malestar al llegar a la primera tanda de preguntas de reporteros, que, como cada inicio de año, abarrotan su sala de reuniones.

“No somos preponderantes”, dijo Slim con tono enérgico, cuando un reportero le preguntó sobre el papel de Telcel y sus expectativas de un nuevo regulador, luego de la desaparición del (IFT), al que, despidió com una acusación de su falta de autonomía y exceso de regulación sobre sus compañías.

En este momento, Slim dijo una de las frases más fuertes, al calificar como “imbéciles” a los premios Nobel de Economía que han criticado su posición en el mercado de telecomunicaciones mexicano.

Al paso del tiempo, el empresario se relajó y habló sobre su fundación y la importancia de la educación en el nuevo y competido campo laboral, amenazado por las nuevas tecnologías, e incluso se dio unos minutos para explicar porqué algunas sucursales de su cadena de restaurantes, Sanborns, han cerrado en el país.

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“El chilaquil” y su optimismo con Trump

Ante las preguntas de los reporteros sobre diversos gemas que involucran a su conglomerado de empresas, Slim pide en reiteradas ocasiones el apoyo de su nieto Alejandro Elías Slim, “el chilaquil”, para que le ayude a corroborar datos, fechas, y entre otros pormenores que Slim quiere dejar en claro ante los reporteros.

Así, el empresario dedica premeditadamente una gran parte de su conferencia para hablar de la presidenta , los puntos positivos del “Plan México” y, por su puesto, su visión de a quien hace 9 años calificó como “negociator”: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Contrario a otra visiones, Slim es optimista sobre lo que se puede obtener en una buena negociación con Trump, además de advertir que la imposición de aranceles sería mucho más perjudicial en términos inflacionarios para los consumidores estadounidenses.

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Incluso, apostó a Elon Musk un dólar a que no llega a Marte en 2028.

En resumidas cuentas, Slim reiteró que sus empresas siguen creciendo y apostando fuerte por el mercado mexicano.

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aov/mgm

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