El impacto del coronavirus en la economía global abre una gran oportunidad a países como México, pero se debe estar preparado para aprovecharla, dijo Jorge Martínez, director del Centro de Finanzas e Innovación de EGADE Business School, del Tec de Monterrey.
La aparición del virus en China obliga a redefinir y acotar las cadenas de suministro de las grandes empresas trasnacionales de manera regional, afirmó.
La crisis de salud en la segunda economía del mundo ha obligado a firmas globales como Alibaba, Ni- ssan, Pernod Ricard, Nestlé, AstraZeneca y Carnival a bajar su previsión de resultados financieros para este año. Más recientemente, el gigante tecnológico Apple ha informado que no podrá cumplir con su pronóstico de ingresos para el segundo trimestre debido a las consecuencias colaterales del brote de coronavirus en China.
La mayoría de analistas coincide en que el tema del ahora denominado Covid-19 representa un severo llamado de atención a las cúpulas empresariales, quienes han liderado el proceso de globalización, dijo, “creando cadenas de suministro larguísimas, a veces de 100 o 200 nodos, muchos de ellos desperdigados por toda Asia, con un fuerte dinamismo pero desordenado”.
La crisis del coronavirus desarticuló las largas cadenas de suministro que operan en Asia, lo que, en opinión del especialista, va a traer como consecuencia que las cúpulas empresariales reconsideren su estrategia y desarrollen cadenas más locales y más simples, que reduzcan los riesgos, lo cual va a beneficiar a países como México, Polonia, España, Turquía o Argentina.
“En lugar de que las grandes empresas estiren sus cadenas de suministro hasta Asia, África u otros lugares complejos, deberán hacerlo cerca de su región”, dijo Martínez.
“Por ejemplo, las compañías europeas podrían trabajar en la zona musulmana o rusa, y hacer ahí su cadena de suministro más corta, tratando de liberar los riesgos que han surgido al notar las vulnerabilidades a las que se han expuesto en China”, agregó.
Además, estimó que “México tiene grandes oportunidades para aprovechar que se restablezcan las cadenas de suministro hacia lo local. Sin embargo, eso requiere la acción del gobierno, lo cual no ocurre en la actualidad en el país; requiere una política industrial abierta, lo cual, de cierta forma lo tenemos con el T-MEC, y también se requiere una política laboral flexible, sobre lo cual tengo mis dudas con un gobierno de izquierda”.
El académico también comentó que existen cinco grandes tendencias que impactarán a los mercados globales y la economía en general de manera importante a lo largo del presente decenio y que tienen que ver con los cambios climático, demográfico, generacional, tecnológicos, así como con los abusos de las cúpulas en el poder, lo que se ha traducido en el resurgimiento de gobiernos populistas de izquierda y derecha en varios países.
Frente a estos ajustes, la tarea de México debería comenzar por una política económica que sea congruente con lo que está ocurriendo a nivel global, afirmó.
“México ya no puede depender de exportaciones, su primera tarea es voltear los ojos hacia adentro e impulsar el consumo y la inversión; en este sentido, el gobierno debe apalancar el crecimiento con más gasto público”, señaló Martínez.
Asimismo, afirma que México requiere aprovechar esta ola de las cadenas de suministro locales, haciendo más productiva su estructura industrial, y para ello se requiere educación y salud.
“En parte de esto el gobierno puede ayudar, pero la otra parte son los empresarios, que tienen que invertir para que sus empleados y su compañía sean más productivos, para ser capaces de responder a esta oportunidad”, dijo Martínez.