Ante una eventual aplicación de a productos que se fabrican en México con en la presidencia de Estados Unidos, analistas ven margen para que las empresas optimicen sus costos de producción y eviten subir el precio final a los consumidores.

La consultora alemana Roland Berger reveló que 75% de las empresas que operan en los sectores de manufactura, bienes de consumo y retail carecen de un programa de control de costos en el país.

El socio director de Roland Berger, Gilberto Lozano, dijo que este porcentaje se debe a que las compañías globales ya aplican programas de reducción de costos, pero son las empresas familiares las que todavía pueden mejorar.

Lee también

“Para 2025 ya no será sostenible esta estrategia orientada a trasladar la escalada de costos al consumidor final. Deberán actuar rápidamente implementando programas de mejora de rendimiento para incrementar ingresos apalancados en la gestión de costos ante un escenario económico incierto”, indicó la firma.

En entrevista,  explicó que hay medidas básicas para no impactar en el precio final, como la integración de las cadenas de suministro o buscar proveeduría local en un ecosistema más abierto. Adicionalmente, las empresas pueden mejorar sus procesos internos.

La consultora estimó que implementar un plan de reducción de costos puede tomar seis meses, pero para empresas mayores que requieren cambios más transformadores, hasta 24 meses.

Lee también

“La industria automotriz tiene menos margen [para reducir costos], pero en la  de alimentos, textiles y electrónica todavía hay buenos márgenes para ajustar costos en un tema diferencial de dónde y hasta cuánto”, dijo Lozano.

En el caso de la industria automotriz, si se impone un arancel de 25% a los autos hechos en México, los vehículos nuevos en el mercado estadounidense podrían presentar un incremento de 2 mil 414 dólares por unidad, estimó la Industria Nacional de Autopartes.

El socio para Norteamérica de Roland Berger, Óscar Silva, opinó que carece de sentido imponer aranceles a los autos mexicanos, porque México es más eficiente en costos y Estados Unidos no tiene  capacidad para fabricar los coches que necesita.

Lee también

“Consumen de 15 a 16 millones de unidades anuales y producen nueve millones, traen un déficit de seis millones y ellos sólo podrían producir uno o dos millones máximo en el corto plazo.

“Los siguientes proveedores relevantes son Alemania, Japón y Corea del Sur, pero son más caros que México. Entonces, poner aranceles a los vehículos mexicanos no tiene sentido, más aún en una industria con un margen de maniobra menor por las tendencias de conversión a vehículos eléctricos, por Covid, la recuperación, etc. Tendrían que transferir prácticamente todo el impacto del arancel al consumidor y ese consumidor son los mismos votantes de Trump”, explicó Silva.

Boston Consulting Group calculó que los aranceles que amenaza imponer Trump representarían 640 mil millones de dólares al costo de las importaciones de bienes de los 10 principales países exportadores a Estados Unidos.

Esto, en un escenario en el que los aranceles fueran de 60% a productos de China, 25% para los de México y Canadá; y 20% para el resto de los países.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Comentarios