El empleo de representó 84% de la generación eléctrica del año pasado en la Comisión Federal de Electricidad (), reconoció la dependencia en su informe anual, por lo que está más lejos de alcanzar las metas ligadas con fuentes renovables.

“Al cierre de 2024, los combustibles fósiles representaron 84% de su generación total, mientras que el 16% restante fue generado mediante energías limpias”, expuso la dependencia en el documento.

Para la generación de energía eléctrica, las centrales de CFE y de los productores independientes de energía (PIE) consumen combustibles fósiles (gas natural, combustóleo, diesel y carbón), así como fuentes limpias (hidroeléctrica, nuclear, geotérmica, solar y eólica).

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Matriz energética
Matriz energética

Los datos del informe anual difieren con lo que la CFE maneja en sus informes financieros no dictaminados, en donde asegura que 68% de la energía que produce es con fuentes fósiles y que está cerca de alcanzar las metas verdes.

El gobierno anterior planteó el objetivo de que 35% de la energía se generara con fuentes limpias en 2024, mientras que la actual administración apuesta a una proporción de 45% en 2030. Sin embargo, desde 2018 el uso de las fuentes fósiles se ha mantenido al alza.

Impacto en costos

Además, la empresa eléctrica se ha visto afectada financieramente por la política de generar más energía con combustibles fósiles, pues los precios internacionales de esas fuentes subieron el año pasado.

El precio del combustóleo se elevó 150% anual en 2024, mientras que el del diesel subió 10%. De hecho, la participación del diesel en la generación fue mayor en 79% respecto a lo previsto por la CFE.

En consecuencia, el año pasado se registró un alza de más del doble en los costos por compra de combustóleo y diesel en comparación con lo presupuestado, al pasar de 26 mil 117 millones a 55 mil 405 millones de pesos, detalla el informe.

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En lo que respecta al gas natural, la empresa reportó un gasto 27% menor al de 2023, debido a la estabilidad de los precios, pero aun así aumentaron los costos por concepto de energéticos.

“En resumen, en 2024 CFE gastó 90 mil 56 millones de pesos [sin incluir variables de operación y mantenimiento] por compra de combustibles para generar 148.8 terawatts por hora (TWh) de energía eléctrica, lo que trajo un sobrecosto de 25% respecto a lo presupuestado de 72 mil 203 mdp para generar 146.2 TWh”, reveló el informe.

Reto mayúsculo

Para Carlos Flores, analista del sector eléctrico, tanto la actual como la anterior administración han estado marcadas por fracasos, incompetencia e incluso corrupción.

“Eso ha provocado que esos gobiernos intenten ocultar o manipular la información”, expuso sobre la diferencia reportada en los informes de la CFE.

El experto explicó que en gobiernos previos a la 4T la energía renovable tomó un papel fundamental, y se crearon mecanismos para implementar sus tecnologías.

Sin embargo, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no quiso aprovechar las ventajas como menor costo y menores emisiones contaminantes de las fuentes renovables, dijo. De hecho, los informes indican que, aunque la generación con energías limpias es de 16%, la capacidad instalada dispuesta para generar es de 32%, básicamente por operadores independientes que venden energía de forma directa a CFE, lo que indica que no se aprovecha la mitad de esa tecnología.

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“El anterior gobierno inició una guerra contra las empresas y proyectos de energía solar y eólica. El resultado fue un enorme declive en su implementación, regresando al país en varias décadas. Ahora la presidenta tiene la oportunidad de revertir esa situación, pero enfrenta dos problemas: evidenciar el error de su antecesor y un marco regulatorio que crea el interés que debería”, agregó Flores.

“Hasta que no haya un cambio de rumbo, la CFE seguirá con las tecnologías de las que dispone, en su mayoría de combustibles fósiles”.

Víctor Ramírez, socio de la consultora P21Energía, explicó que el aumento en el uso de combustibles fósiles en la CFE se debe a que el gobierno responde al incremento de demanda de energía y, como no han entrado en operación los proyectos con fuentes renovables, está trabajando con lo que tiene.

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“Mientras no arranquen los gasoductos Mayakan y Puerta al Sureste, no habrá cómo reemplazar la generación a combustóleo o diesel en la península de Yucatán.

“Con la nueva reforma en teoría se da preferencia a las renovables, pero si no hay inversión será difícil que se alcance la meta hacia 2030, y si se suma la reforma judicial, se pierde más el incentivo por invertir”, añadió Ramírez.

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