Al cierre de junio pasado, 45% de los trabajadores que se cambiaron de Afore lo hicieron a una administradora que les ofreció menores rendimientos, por la desinformación y malas prácticas que persisten en el mercado, según datos de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).
La memoria documental 2018-2024 del organismo muestra que al cierre del primer semestre del año, 18.9% de los trabajadores que aplicaron un traspaso obtuvieron una calidad regular de la operación, y apenas 36.4% lo hizo a una administradora que mejoró sus rendimientos.
Esa situación llegó a un nivel crítico en 2021, cuando seis de cada 10 traspasos de Afore se hicieron a una administradora que daba menos rendimientos y 10% se quedaba en calidad media, lo que provocó que el regulador diseñara medidas de control —como la figura de agente previsional en 2022 y la certificación con la que debe contar este personal— las cuales siguen en proceso de implementación.
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“El asesor previsional da un nuevo enfoque al servicio que ofrecen las Afore, uno que está alineado a los intereses de los trabajadores para fomentar el registro, el ahorro voluntario y la educación previsional, con lo que se beneficia directamente al trabajador al llevarlo a tomar mejores decisiones a favor de su ahorro para el retiro y su futuro pensionario”, explica el texto.
Además de tener menores rendimientos, la memoria documental resalta que el trabajador que no esté correctamente informado de los traspasos puede verse afectado en sus recursos para el retiro.
De acuerdo con un ejercicio realizado por la Consar, en un escenario de fuertes minusvalías y cambio a una Afore de menor rendimiento, un trabajador podría perder hasta 75 mil pesos de su ahorro. En caso contrario, un cambio de manera informada a una administradora con mayor rendimiento mejoraba en 24 mil pesos sus recursos.
“Realizar traspasos reiterados, no informados y en épocas de minusvalías puede afectar el patrimonio pensionario de los trabajadores”, advirtió la comisión. De ahí la urgencia de evitar malas prácticas comerciales y dar información clara y concisa a trabajadores que pretendían cambiar de Afore, agregó.
Malas prácticas
De acuerdo con la Consar, el enfoque comercial que tenía el personal de las Afore llevó a que 80% de su gasto se destinara al pago de remuneraciones. Al cierre de 2021 se alcanzó un máximo de 9 mil 400 millones de pesos en gasto comercial en las administradoras.
Además, en 2020 había 46 mil agentes promotores, cifra que se redujo a 39 mil en 2021 y 25 mil en 2022, cuando bajó la comisión que las Afore cobran a trabajadores, lo que impactó sus ingresos.
La Consar resalta que en la misma manera que ocurrió con el gasto comercial y los costos totales del sistema, a partir de 2017 se observó un repunte en los traspasos realizados, alcanzando su mayor nivel en 2021, con cifras no vistas en los 15 años previos, para un total de 3.6 millones de cambios de Afore, equivalente a 411 mil millones de pesos.
Urgen buenos agentes
En opinión del fundador de la consultora Yo Jubilado, Moisés Pérez, es necesaria la figura del agente previsional, ya que es el primer contacto del trabajador con su Afore y desempeña un papel básico en la educación financiera y el ahorro para el retiro.
“El problema que se tiene es que hay pocos agentes previsionales ahora. Con el nivel de comisiones que se ajustó, el gasto de operación se mantiene alto y hubo recortes importantes en el número de agentes. No los veo tan presentes, antes estaban por todos lados, y hoy siento que hay más promoción de vendedores de seguros que de temas educativos de la Afore”, dijo.
Además de los esfuerzos en educación financiera que deben hacer Afore y gobierno, las empresas deben ser uno de los primeros canales de información para trabajadores y la relación con su jubilación.
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“Prácticamente la totalidad del ahorro que se destina a las Afore, que va a ser creciente con la reforma de 2020, es vía el patrón. Las empresas son las grandes ahorradoras a cuenta de los trabajadores, pero se ha dejado mucho a las autoridades y a las mismas administradoras, por el interés que tienen de la captación”, explicó.
“Pero un vehículo que no se ha explotado, y que además redondea el bienestar de la gente, es la parte empresarial, donde se tiene una gran oportunidad en impulsar la educación financiera. Desde la óptica de los patrones, sería un muy buen elemento de promoción”, afirmó.
Pérez consideró que la población más joven empieza a tener más conciencia sobre su ahorro para el retiro al ver que los adultos mayores ya no tienen las grandes pensiones de generaciones anteriores. Además, la creación del Fondo de Pensiones para el Bienestar despertó “a la mala” el interés de mucha gente sobre el tema, dijo.