El Banco Central Europeo (BCE) elevó este jueves sus principales tasas de interés en 0.25 puntos porcentuales, su octavo aumento consecutivo, como parte de su política de ajuste monetario para combatir la inflación en la zona euro, que subirá de nuevo este año, según sus previsiones.
Según las nuevas cifras del organismo, la inflación alcanzará el 5.4% en 2023, frente al 5.3% previsto en marzo, luego el 3.0% en 2024 y el 2.2% en 2025, no muy lejos del objetivo del 2% de la institución.
Por su parte el PIB debería crecer un 0,9% este año, frente al 1,0% previsto anteriormente, luego 1.5% en 2024 y 1.6% en 2025.
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"La inflación se está desacelerando, pero se espera que permanezca demasiado alta durante demasiado tiempo", dijo la institución en un comunicado, que subió de nuevo sus tasas.
La tasa de depósito, de referencia, alcanza ahora el 3.50%, su nivel más alto desde mayo de 2001, la tasa de refinanciación se sitúa en 4.0% y la de facilidad marginal de crédito en 4.25%.
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Ajuste monetario
Después de una década de dinero barato, el BCE empezó un ciclo sin precedentes de ajuste monetario para contrarrestar el aumento de los precios al consumidor a raíz de la ofensiva rusa en Ucrania.
Al subir las tasas, los bancos centrales reducen su demanda de crédito y, por tanto, la inversión y el consumo de los hogares y las empresas, con la consecuencia de una desaceleración de la demanda y de la presión sobre los precios.
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