Banamex ajustó al alza su proyección para el peso mexicano, tras observar una mayor debilidad del dólar en los mercados internacionales.
De acuerdo con su análisis, diversos factores minaron la confianza en la fortaleza estructural de Estados Unidos, lo que debilitó la noción del llamado “excepcionalismo americano” y provocó una diversificación de inversiones fuera de ese país.
Como resultado, explicó, se mantuvieron elevados los rendimientos de las tasas de largo plazo, el mercado accionario estadounidense registró un desempeño inferior frente a otras plazas y el dólar se depreció frente a las principales monedas del mundo.
En este contexto, el banco consideró que la tendencia de debilidad del dólar prevalecería hacia el cierre de 2025, lo cual moderaría la depreciación esperada del peso mexicano.
Si bien la institución mantuvo su previsión de una ligera pérdida de valor del peso debido a un menor diferencial de tasas y la revisión del T-MEC, anticipó que dicha depreciación sería menor a lo que había estimado previamente.
Con base en ese nuevo escenario, Banamex ajustó su proyección del tipo de cambio, estimando que el peso cerraría 2025 en 20.60 por dólar, por debajo de la previsión anterior de 21 pesos por unidad.
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Para 2026, la institución financiera proyectó un nivel de 21.20 pesos por dólar, reflejando una corrección gradual desde el 21.40 previo.
La institución financiera recordó que el peso registró una depreciación significativa en la segunda mitad de 2024, respondiendo al deterioro del panorama político interno posterior a las elecciones en México y a la retórica agresiva de Trump, con lo cual la volatilidad prevaleció a inicios de 2025.
“Sin embargo,desde la segunda mitad de abril comenzamos a ver cierta estabilización y apreciación del peso, con la moneda cotizando entre 19.1 y 19.7. Ello respondió,principalmente, a la depreciación del dólar asociada aun menor apetito por activos de Estados Unidos ante el deterioro en las perspectivas para ese país”, indicó.
Detalló que la paridad también pareció reflejar una disminución en la incertidumbre respecto a las políticas arancelarias de Estados Unidos, incluyendo las aplicables a México, y la percepción de una menor probabilidad de un escenario de aranceles generalizados y muy elevados.
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