Un mundo en el que los humanos sean reemplazados por robots. Las máquinas no sólo conviviendo con personas sino reemplazándolas en sus tareas, tanto en las más fundamentales y cotidianas como en las laborales. Un tema recurrente en el cine pero una realidad que más bien se convierte en todo un mito porque los circuitos nunca podrán reemplazar a la carne y hueso. Los seres humanos están provistos de habilidades prácticamente imposibles de reproducir como la intuición y la inteligencia emocional, y en este sentido, somos todavía irremplazables.

“El ingenio humano y las prioridades serán clave en cómo aprovechemos la tecnología en nuestras vidas y negocios”, diagnostica el estudio Revolución de habilidades 2.0, realizado por ManpowerGroup.

La automatización ya no es el futuro, sino un presente que se está construyendo a cada minuto. De acuerdo con el estudio Trabajos perdidos, trabajos ganados. Transiciones de la fuerza laboral en la era de la automatización, realizado por el Mckinsey Global Institute, para 2030, entre nueve y 18 millones de empleados podrán haber sido reemplazados por la automatización en México.

A escala mundial, 800 millones de trabajos podrán perderse por esta razón, ya que la inteligencia artificial y la robótica ya están transformando de manera profunda nuestras dinámicas laborales.

¿Qué le queda a toda la plantilla laboral del mundo? Cambiar de rubro, aprender nuevas habilidades y desaprender algunas que ya no son útiles.

“Las personas con las habilidades requeridas que pueden aprender y adaptarse continuamente son quienes tomarán las decisiones…Y en todos los escenarios futuros, que las personas mejoren en este mundo del trabajo que cambia rápidamente es lo que va a asegurar su empleabilidad. Esto debe suceder a gran velocidad y escala”, sostiene este análisis.

Si antes la transformación duró siglos, hoy el cambio se está llevando a cabo a una velocidad que impresiona. Por ello, tanto la automatización como la digitalización, plantean la necesidad de reorganizar el mundo del trabajo, a lo que no sólo las empresas tendrán que prepararse, sino cada uno de nosotros a nivel individual.

“Representa un reto porque implica que volvamos a entrenarnos para ser competitivos en la era digital. Lo más básico y repetitivo lo va a hacer un robot y un software, por lo tanto, lo que se busca entonces son aquellas competencias que sofistican la manera de hacer un servicio o un producto en el mercado. La tecnología es fácilmente replicable en el mediano plazo”, explica Mónica Flores, presidenta de Manpowergroup Latam.

Las personas

Pero esta transformación no se está dando ni se dará de manera uniforme, sino que la región y a la industria serán determinantes de la forma en la que el trabajo se transformará. “En administración y finanzas va a afectar, lo mismo que contabilidad, sin embargo, otras áreas más humanísticas como servicio al cliente o recursos humanos”, explica Mónica.

Lo que es una realidad es que para las personas en lo individual, la automatización trae el gran reto de reentrenarse y desaprender mucho de lo que ya no será de utilidad.

“Como todo se hace obsoleto más rápido, el entrenamiento continuo te va a hacer posible ser vigente en el mundo laboral”, explica.

Hay habilidades que se mantendrán de pie en esta era digital y que serán uno de los pilares sobre los que los trabajadores tendrán que sostener su desarrollo profesional.

Quizá la principal —ya que es la más valorada y la más difícil de encontrar— es la solución de problemas. Esta habilidad tiene que ver con el pensamiento lógico matemático y con la comprensión y capacidad de lectura, los cuales, en conjunto, permiten desarrollar la creatividad, la adaptabilidad y la capacidad de desarrollar un criterio propio capaz de evaluar distintas variables y darles solución.

Esta habilidad se vuelve especialmente importante en un mundo en el que la información se multiplica de manera vertiginosa.

“Hoy es imposible conocer todas las respuestas, más bien hay que saber qué preguntas es necesario contestar. Tenemos que tener este criterio y la habilidad de hacer sentido a toda la información que manejamos”, explica la especialista en recursos humanos.

Existen otras que son también escasas y muy buscadas como las habilidades de comunicación, la colaboración en equipo y el servicio al cliente, las cuales también resultan cruciales en este mundo que se encuentra dominado prácticamente por la tecnología, de acuerdo con el estudio de ManpowerGroup.

Un robot o un software pueden ordenar, jerarquizar y hacer análisis básicos sobre la información, pero nunca podrá sustituir la creatividad ni la empatía. “El robot no puede hacer arte, ni una broma, ni tiene este sentido de propósito que sí tiene un humano, es lo que hay que explotar. Tenemos que aprender no a tener miedo sino a usarla en nuestro beneficio”, asegura la especialista de ManpowerGroup.

Por supuesto, esto exige un esfuerzo por parte del candidato, para reentrenarse, aprender competencias que les permitan sacarle provecho a la tecnología. Y también exige desaprender lo que ya no sirve a la vez de ir incorporando nuevos conocimientos. Porque por supuesto, lo que enseñan las escuelas para nada es suficiente y por el contrario, se vuelve obsoleto a una velocidad asombrosamente rápida.

“El conocimiento de la humanidad se duplica cada tres años. Así que por eso es importante desarrollar esta capacidad que nosotros llamamos learnability, que es la capacidad de estar aprendiendo todo el tiempo, idiomas, competencias digitales, otras industrias”, explica Mónica Flores.

Hoy, las empresas parecieran no estar preparadas para este cambio. Ocho de cada 10 líderes dice que siente que no cuenta con el talento adecuado para entrar a la era digital, de acuerdo con este estudio de ManpowerGroup.

La escasez de talento ya es un mal que el mundo del trabajo ha padecido desde hace varios años, pero la digitalización puede encarecer aún más este mercado. De ahí la importancia de que las personas den el giro que el mercado está y estará buscando dentro de unos años, y a la hora de hacerlo, las compañías deberían estar involucradas para realizar una transición ordenada y eficaz.

Lo bueno y lo malo

En cuanto a la economía en general, la automatización resultará benéfica en la medida en la que los colaboradores de las empresas logren hacer esta transición. “Esta tiene el potencial de aumentar la productividad y el crecimiento del PIB, pero nuestro análisis revela que un factor clave en si esto va a ser logrado sin grandes efectos adversos en el empleo y los sueldos, es qué tan rápido los trabajadores desplazados logran reemplearse en otros trabajos”, explica el estudio de Mckinsey.

Va a depender de la manera en la que las sociedades manejen esta transición que aumente el desempleo en el mediano plazo y que los salarios se desajusten también.

En este sentido, la industria y el país serán determinantes en la manera en la que se geste esta transición. Si bien la automatización tiene una cara no tan amable que es la relacionada con la pérdida de empleos y con la escasez de talento que eso podría traer, también se encuentra el rostro relacionado con todos aquellos empleos que ésta va a crear.

Conocer con exactitud los puestos que han de crearse es imposible, pero lo que sí se puede es identificar las tendencias que son las que generarán mayores empleos nuevos. Según el análisis de Mckinsey, son siete las tendencias que generarán la mayor generación de empleos.

Entre estas, un aumento en el gasto derivado del aumento de salarios en las economías emergentes; una demanda en el sector salud debido al envejecimiento de las poblaciones; el desarrollo de tecnología; un aumento de demanda de trabajo debido a la inversión en infraestructura y construcción; inversión en energías renovables y la introducción al mercado de trabajos antes no pagados como el del hogar.

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