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El arrendamiento automotriz puede ayudar a las personas a deducir sus gastos y pagar menos Impuesto Sobre la Renta (ISR).
Actualmente, más de 3 mil empresas en el país y casi 28 millones de personas físicas con actividad empresarial o profesional pueden tener acceso a un vehículo nuevo bajo esquema de arrendamiento.
De acuerdo con el artículo 28 de La Ley del Impuesto Sobre la Renta, bajo un esquema de arrendamiento el monto deducible de un auto es de hasta 200 pesos diarios para vehículos a gasolina o diesel.
En tanto, para híbridos o eléctricos, el monto a deducir aumenta 40%, con una deducción diaria de 285 pesos.
El arrendamiento vehicular consiste en contrato en el que el arrendador otorga el derecho temporal del uso del vehículo durante un periodo previamente establecido.
En contraparte, el arrendatario se compromete al pago de una renta mensual y a dar un uso apropiado al vehículo durante la duración del contrato, al término del cual pueden ocurrir tres cosas: se devuelve el auto, se vuelve a firmar un contrato por otra unidad o se le vende el auto al cliente o a un tercero.
De esta forma, el arrendamiento también permite renovar el auto cada dos o tres años, por lo que el costo de mantenimiento no se eleva.
Si una persona percibe ingresos por un millón de pesos y hace un contrato de arrendamiento puro de un vehículo de un valor de 320 mil pesos a un plazo de cuatro años, puede deducir de impuestos hasta 6 mil pesos mensuales del arrendamiento del vehículo.
Esto significa que puede deducir aproximadamente 72 mil pesos al año, pero además puede deducir el pago de la tenencia, el seguro, el mantenimiento, por lo que la base gravable sobre la que le calcularán el pago del ISR será mucho menor al millón de pesos.
Para las empresas, este esquema también resulta muy atractivo, pues es el uso del activo fijo y no la propiedad lo que genera rentabilidad y productividad a una compañía.