Como plataforma de inversión, México no sólo puede perder competitividad con su rezago en energías limpias, sino que puede anticiparse la imposición de aranceles por controversias internacionales en el tema, alertó Ramón Fiestas, presidente del Global Wind Energy Council (GWEC) para América Latina.
En entrevista con EL UNIVERSAL, explicó que otros países sí avanzan en los objetivos de energías renovables y reducción de emisiones contaminantes, hecho que observan las empresas al tomar decisiones futuras de inversión, producción y comercio exterior.
“Si estas compañías en México producen sus bienes sin incorporar energías renovables, cuando quieran exportar esos productos a otras regiones del mundo, donde se adoptan políticas de energías limpias, van a encontrarse probablemente con algún tipo de imposición, de tasa, que sirve para equilibrar el precio de mercancías que en otros países se generan con fuentes renovables”, comentó.
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Este jueves, EL UNIVERSAL publicó que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha incrementado su proporción de generación de energía con combustibles fósiles como combustóleo y diesel de 62% en 2021 a 64.5% en 2022, mientras las energías limpias como la eólica o fotovoltaica siguen rezagadas.
Avance global
Fiestas señaló que otros países están avanzando en la adopción y ampliación de sistemas eléctricos renovables.
El GWEC publicó en su informe anual correspondiente a 2022 que se instaló una nueva capacidad eólica equivalente a 77.6 gigawatts (GW) en todo el mundo, lo que convierte al año pasado en el tercero mejor de la historia en instalaciones eólicas, detrás de 2021 y 2020.
Las previsiones para el futuro también son positivas a escala global, pues el GWEC estima que entre 2023 y 2027 se instalarán 680 GW adicionales de nueva capacidad.
En este contexto, habrá más presiones en el comercio y políticas públicas de todos los países.
“El mundo adopta políticas orientadas a nivelar el terreno de juego entre los distintos agentes económicos que intervienen en las cadenas productivas, y esto significa que esos países que adoptan medidas para introducir y acelerar la transición energética lo hacen sobre la base de que los compromisos internacionales son de todos y no sólo de unos pocos”, afirmó.
De esa manera, añadió que para asegurar que el resto de los países también se alineen con los objetivos de sostenibilidad, y no sólo se queden con la firma de tratados, sino que los cumplan de manera eficaz, objetiva y con hechos, se van a identificar mercados de carbono para incentivar la transición hacia fuentes renovables, y siendo precisos, para desincentivar la descarbonización de sistemas energéticos.
Nuevos desacuerdos
Este no sería el primer conflicto que México enfrentaría a escala internacional por su política energética de fortalecer a la CFE y a Petróleos Mexicanos (Pemex) en detrimento de las inversiones de empresas privadas, pues a través del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ya está abierto un periodo de consultas que puede derivar en un panel de controversias, el cual, de acuerdo con expertos, es muy probable que se pierda.
México, además de priorizar a estas empresas productivas del Estado, las ha impulsado e integrado a un sistema que genera más combustóleo en sus refinerías y que genere más energía eléctrica usando este combustible fósil en las plantas de CFE por directriz del presidente Andrés Manuel López Obrador.
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Para Fiestas, este va a ser un problema de competitividad que empeorará, porque para las empresas el sector energético es clave al decidir en dónde se establecen.
“Si no se moderniza el sistema eléctrico, si no se acoplan las energías renovables, que es lo que ha pasado, que se ha abandonado porque no se ha invertido en transmisión, y el suministro está en peligro, lo que es una situación adicional, pueden desincentivar a las empresas de llegar a México y desaprovechar su economía de escala, como el sector laboral y otras áreas. No hay razón para perder más tiempo”, apuntó.
Además, agregó que con la política energética actual, México tiene cinco años de retraso en los avances de energías limpias y debería abrir la inversión para la generación y transmisión de energía a empresas privadas.
“No hay recursos públicos que alcancen ante el abandono que tuvo el sector durante muchos años de no inversión”, recalcó Fiestas.