En un mundo marcado por transformaciones vertiginosas, los empresarios enfrentan desafíos que ponen a prueba su capacidad de adaptación. Los recientes cambios de gobierno en México y Estados Unidos han intensificado la incertidumbre económica, política y tecnológica. En este contexto, el aprendizaje permanente emerge no solo como una herramienta, sino como el cimiento del liderazgo que exige este siglo.
El historiador israelí Yuval Noah Harari, en su libro 21 lecciones para el siglo XXI (Debate, 2018), dice en tono pesimista que la humanidad está perdiendo la fe en el relato liberal, lo que ha provocado el regreso de nacionalismos exacerbados, en el momento que retos globales, como el colapso ecológico y la disrupción tecnológica, amenazan el futuro de la civilización humana.
La incertidumbre como constante
La incertidumbre, lejos de ser un enemigo, puede convertirse en una oportunidad. Mientras el panorama global enfrenta desafíos económicos, políticos y tecnológicos, pensadores como Martha Nussbaum nos recuerdan que estos momentos también ofrecen la posibilidad de crecimiento y éxito para aquellos preparados para adaptarse.
Nussbaum propone la educación como camino para formar el pensamiento crítico y reflexivo, y para construir una ciudadanía más plural.
El cambio constante exige una preparación continua, donde el aprendizaje permanente es clave para el liderazgo eficaz.
El aprendizaje permanente como ventaja competitiva
El concepto de lifelong learning no es solo una tendencia, es una necesidad imperativa en el entorno actual. Según los profesores Marjan Laal y Payman Salamati de Tehran University, el aprendizaje continuo nos ayuda a adaptarnos, enriquecer nuestras vidas y mantenernos relevantes en lo que hacemos.
Esta reflexión me quedó clara durante mi visita a Boston con el grupo del AD-2 del IPADE. Ahí, al conversar con el profesor Srikant Datar, decano de Harvard Business School, constaté cómo esta mentalidad de aprendizaje continuo puede ser aplicada en la práctica.
El decano Datar me dijo que la única constante en su trayectoria profesional y académica habían sido los cambios. Con un tono de optimismo me mostró que cada cambio inevitable había sido una oportunidad para aprender y crecer. También me compartió cómo en Harvard, esta filosofía se traduce en programas educativos diseñados para enfrentar la disrupción tecnológica, como los enfocados en data science y liderazgo digital. Así, la conexión entre la teoría de Laal y Salamati y la experiencia de Datar resalta que el aprendizaje continuo no solo enriquece nuestras vidas, sino que nos equipa para liderar en un mundo en constante transformación.
¿Por qué es vital el aprendizaje continuo para los empresarios?
La disrupción tecnológica y la transformación digital han cambiado el panorama empresarial de forma radical. Tom Siebel, CEO de C3.ai advierte que los líderes empresariales enfrentan un «evento de extinción masiva». Siebel afirma que desde el año 2000, más de la mitad de todas las compañías de S&P 500 han desaparecido, siendo reemplazadas por compañías digitales y con un midset distinto como Alphabet, Amazon, Facebook, PayPal y X (antes Twitter).
Para los líderes, esto significa que el aprendizaje continuo no es un lujo, sino una cuestión de supervivencia. Las habilidades adquiridas hoy pueden quedar obsoletas mañana.
El aprendizaje continuo es más que “capacitación para adultos”, es una mentalidad y un hábito que las personas debemos adquirir.
Adaptarse a esta realidad implica adoptar hábitos como el aprendizaje autodirigido, colaborativo y organizacional, respaldados por tecnologías innovadoras.
Preparándonos para el futuro
Heráclito de Éfeso, al afirmar que « El sol es nuevo cada día», capturó la esencia de lo que hoy llamamos aprendizaje permanente: una preparación constante para lo inesperado.
El aprendizaje continuo no solo beneficia a los líderes, sino que es fundamental para construir una sociedad más resiliente y colaborativa. En un mundo donde las certezas son efímeras, el aprendizaje continuo no solo nos prepara para sobrevivir, sino para prosperar, creando un legado de resiliencia y creatividad. De esta manera, los líderes estarán equipados para enfrentar cualquier desafío, asegurando su relevancia y competitividad.
*Profesor del IPADE Business School
