Tras una semana de intensa volatilidad en los mercados financieros en el mundo y los signos de desaceleración económica global a la vista, algunos análisis empiezan a evaluar que, ante ese panorama, existe la posibilidad de que los bancos centrales relajen las tasas de interés.
Sin embargo, para otros se espera que los responsables de la política monetaria sigan actuando con prudencia, puesto que todavía no es momento para bajar la guardia, estimaron analistas financieros.
Para el banco inglés Barclays, la volatilidad reciente y los factores en cada país ha llevado a los institutos centrales de América Latina y el Caribe a ser más prudentes.
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Estableció que, si bien la mayoría aún tiene margen para relajar la política monetaria, una mano amiga de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos podría brindar más tranquilidad en los próximos meses, y es posible que Brasil sea el único que quede fuera en medio de sus desafíos internos.
En un reporte semanal, ponderó que la economía mundial muestra signos de desaceleración, con un debilitamiento de la industria manufacturera y un enfriamiento del mercado laboral estadounidense.
La Fed mantuvo su postura, pero analistas de la institución pronosticaron que ahora es probable que aplique tres recortes de 25 puntos base antes de fin de año.
Destacaron que en Estados Unidos el informe de empleo de julio reveló una debilidad generalizada, con una desaceleración del trabajo asalariado y un aumento de la tasa de desempleo a 4.3%.
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Banorte consideró que el mercado está concediendo a la Fed un proceso desinflacionario suficiente para recortar las tasas, lo que, combinado con señales de desaceleración económica, particularmente en el frente del empleo, es consistente con una baja para la próxima reunión del 18 de septiembre.
Ante esto, esperan un recorte de 25 puntos base en la decisión del Banco de México (Banxico) de esta semana, para llevar la tasa de interés a 10.75%, probabilidad a la que el consenso del mercado le da 50%.
Tras la decisión de la Fed, ponderaron, aumentaron las apuestas a más recortes en lo que resta del año a 81 puntos base, desde 58 puntos de la semana anterior.
Estimaron que los inversionistas mantendrán un apetito saludable por los Cetes dadas sus atractivas tasas reales, mientras que para los Bonos M a 10 años anticiparon una demanda moderada que probablemente se sostendrá por debajo del promedio de los últimos dos años.
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De cara al reporte de la inflación, prevé que el Udibono con vencimiento en diciembre de 2026 será bien recibido en la subasta de valores gubernamentales.
En un análisis de TransEconomics Research, a cargo de Genevieve Signoret y Delia Paredes, se establece que para que se materialice su escenario sin aterrizaje se necesita que la Fed comience a bajar su tasa a más tardar en septiembre, pero que eso se traduzca también en una caída de las tasas hipotecarias y que la demanda de vivienda nueva responda a eso, porque preocupa el aumento en los inventarios de casas terminadas en Estados Unidos.