A causa del conflicto entre Ucrania y Rusia, especialistas anticipan que la cotización del petróleo seguirá superando niveles máximos de varios años, por lo que la turbosina podría encarecerse aún más, lo que impactará en el precio de los boletos de avión y puede afectar la recuperación de las aerolíneas.
El precio de ese combustible cerró el año pasado en 13.73 pesos por litro, un alza de 53% en comparación con 2020, de acuerdo con cifras de Pemex.
Además, el petrolífero es factor relevante en costos operativos de las aerolíneas, pues representa de 30% a 40% del total.
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Sólo en el cuarto trimestre del año pasado, Aeroméxico gastó 4 mil 335 millones de pesos en combustible, un incremento de 22% en comparación con el trimestre previo.
Juan Antonio José, consultor y analista de aviación, dijo que la turbosina es el gasto más importante para las aerolíneas y el que mayor influencia tiene en las tarifas aéreas, a pesar de que los nuevos aviones son más eficientes en el uso de combustible.
Por lo tanto, ante un alza en el precio de la turbosina, las aerolíneas tienen dos opciones: reducir sus márgenes de ganancia o subir tarifas.
“Cada aerolínea, dependiendo de su estrategia comercial y sus contratos de provisión determinará si puede mantener cierta reducción de sus ingresos o si incrementa las tarifas”, opinó.
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En enero pasado los precios de los boletos de avión aumentaron 27%, en comparación con el mismo mes de 2021, según cifras del Inegi.
Además, un mayor incremento de tarifas podría ocasionar menor demanda de boletos de avión en un momento en que las aerolíneas apenas se están recuperando de los estragos de la pandemia de Covid-19.
La consultora OAG reportó que en el último año el precio de la turbosina alcanzó 103 dólares por barril, el precio más alto en los últimos cinco años, y es un desafío para la recuperación de la crisis del Covid-19 en el sector de la aviación comercial.
Jonathan Félix, analista de aviación de Verum, comentó que las aerolíneas contratan coberturas del precio de la turbosina para los próximos 12 o 18 meses, por lo que el incremento del combustible no les impacta demasiado en sus ingresos en el corto plazo.
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Sin embargo, si el precio se mantiene elevado, las coberturas empiezan a ser más caras.
“Cada aerolínea establecerá alguna estrategia para conservar su margen de rentabilidad, ya que es el principal insumo, o definirá si empieza a compensar ese incremento”, indicó.
Además, agregó Félix, Interjet presionaba el precio de los boletos de avión a la baja porque representaba una fuerte competencia para Volaris y Viva Aerobus, firmas que no podían despegarse demasiado del mercado al ajustar el precio de los vuelos.
Pero ahora que Interjet ya dejó de operar, agregó, “tienen más margen de maniobra”.
Félix recordó que cuando el precio del petróleo llegó a 100 dólares por barril, las aerolíneas “se comieron” el alza en el precio de la turbosina, porque tenían márgenes de ganancia muy amplios, pero ahora el panorama es diferente porque las aerolíneas resultaron muy golpeadas por la caída del tráfico de pasajeros durante la pandemia.
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Para este año, se pronostica que el precio del barril de petróleo podría ubicarse entre 80 y 130 dólares.
Juan Antonio José considera que más que el precio de los boletos de avión, lo que realmente le afecta al consumidor al decidir si viaja en avión o no es el deterioro de la economía, la falta de trabajo e ingresos.