Los usuarios del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) sufrieron más retrasos para despegar o aterrizar que en otras terminales del país.
Operada por militares, la terminal de Santa Lucía, en el Estado de México, realizó 8 mil 933 vuelos el año pasado, y uno de cada cuatro (25%) salió tarde, de acuerdo con la información más reciente de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC).
Del total de retrasos, 74% no fueron por culpa de las aerolíneas, sino principalmente por condiciones meteorológicas adversas, como vientos en contra y cruzados, lluvia, neblina y tormentas eléctricas.
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Cuando las demoras o cancelaciones se deben al clima, la aerolínea no está obligada a compensar a los pasajeros, explicó la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
La segunda causa de los retrasos en el AIFA fue originada por las autoridades o terceras empresas, según la AFAC.
En cuanto a las demoras que fueron responsabilidad de las aerolíneas, y que representan 26% del total, destacan las solicitudes del capitán para procedimiento de seguridad, requerimientos operacionales, combustible adicional y cambio en el plan de vuelo.
También tiene que ver la falta del personal, espera de refacciones, cambio de avión por razones técnicas, entrega tardía de la aeronave por mantenimiento o escasez de partes en almacén.
“La falta de puntualidad influye en la llegada de viajeros y más cuando se trata de horas de retraso. La puntualidad es muy importante en la reputación de un aeropuerto”, explicó Rodolfo Elizondo Torres, secretario de Turismo de 2003 a 2010.
Opinó que el personal requiere mayor capacitación para dar el servicio de manera adecuada en el Felipe Ángeles.
“El AIFA tiene todavía un mercado muy débil y mientras no haya la infraestructura carretera para conectarlo con el centro en 35 o 40 minutos, la mayoría de la gente no va a utilizarlo”, dijo a EL UNIVERSAL.
Firmas extranjeras, las impuntuales
Considerado por el presidente Andrés Manuel López Obrador como “el mejor aeropuerto de América Latina”, el AIFA padece más retrasos de parte de las aerolíneas extranjeras.
La más impuntual es la venezolana Conviasa, pues 57% de sus vuelos salieron tarde; seguida de la dominicana Arajet, con 55% de demoras.
La falta de puntualidad de los vuelos afecta la actividad de cualquier destino turístico, debido a la incertidumbre que genera en los pasajeros que reservan y planean sus viajes, indicó Armando Bojórquez, presidente de la Asociación para la Cultura y el Turismo en América Latina (Actual).
El Felipe Ángeles es menos puntual que el Aeropuerto Internacional de Guadalajara, el tercero más grande del país y cuyo tráfico supera por 12 veces los vuelos de Santa Lucía.
Administrado por el Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP), la terminal tapatía ejecutó 107 mil 959 vuelos en 2022 y 14% fueron operaciones retrasadas, contra 25% del AIFA.
Para Elizondo Torres, los resultados muestran que “los grupos privados son más eficientes que los militares”.
La AFAC carece de información actualizada al cierre de 2022 del resto de aeropuertos.
“Cabotaje, un capricho”
Rodolfo Elizondo Torres consideró que la iniciativa para permitir el cabotaje a las aerolíneas extranjeras “es una tontería, un capricho y no tiene ningún sentido. El Presidente está obsesionado con ayudar al AIFA y a toda costa quiere hacerse de elementos para que funcione”.
En su opinión, las aerolíneas estadounidenses serían las primeras en aprovechar la apertura de los cielos y “vendrían a comerse el mercado nacional”.
Mientras que las mexicanas sufrirían mucho porque no pueden bajar sus tarifas, ya que 40% son impuestos y además vienen arrastrando los saldos negativos de la pandemia. “Con el cabotaje, las compañías estadounidenses bajarán los precios en un principio y ya cuando hayan acaparado el mercado volverán a subirlos”, explicó.
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