El aumento de la deuda financiera y de los pasivos con proveedores ya erosiona a Petróleos Mexicanos (Pemex) desde sus entrañas.
La petrolera reconoció en su reporte financiero al segundo trimestre del año que ya no le prestan algunos servicios, lo que afecta sus operaciones.
La deuda con proveedores aumentó 14.5% al cierre de junio de 2025 respecto a marzo previo, pasando de 19 mil 904 millones de dólares a 22 mil 789 millones.
Se trata de un aumento a pesar de las solicitudes y reclamos de empresas y organismos de la iniciativa privada afectados por los incumplimientos que la petrolera arrastra desde hace algunos años. El incremento se dio también tras las promesas del gobierno respecto a que los rezagos se iban a saldar entre marzo y junio.
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“Hubo un primer pago a proveedores de 147 mil millones de pesos y se hizo una revisión que ya pronto la vamos a informar de todo lo que tiene que ver con las finanzas de Pemex, y hay plan. Ya está resuelto y se van a empezar a normalizar también todos los pagos a proveedores a partir del próximo mes, para que lo sepan todos los pequeños proveedores de Ciudad del Carmen”, dijo la presidenta Claudia Sheinbaum el mes pasado.
Desde marzo aseguró que se buscaba resolver esa problemática.
Mientras tanto, en el segundo trimestre del año la producción de crudo de Pemex se redujo a un millón 631 mil barriles diarios, incluyendo condensados, uno de los niveles más bajos en 45 años, lo que compromete los ingresos por exportaciones de la petrolera, lo que responde también a la apuesta para dar prioridad a la producción de gasolinas para el consumo interno.
La empresa señala que la caída en la extracción se debe a factores como la declinación natural de los pozos y una dificultad mayor a la estimada para bombear crudo en otros campos.
“Adicionalmente, influyeron factores operativos como el desfasamiento en la instalación de infraestructura marina en el campo Xanab y la planta de reducción de contrapresión del campo Quesqui; la suspensión de servicios críticos, como barcos de proceso y suministro de gas para bombeo neumático en el campo Yaxché, y condiciones climatológicas atípicas que afectaron la continuidad de las operaciones costa afuera”, informó Pemex en su reporte trimestral.
La infraestructura para exploración y extracción se ha reducido, ya que al cierre de junio había 27 equipos de perforación en funcionamiento, cuando hace un año eran 59. En ese lapso se pasó de 6 mil 354 pozos en operación a 5 mil 703.
Pemex requiere de servicios especializados de proveedores y contratistas para sus actividades, especialmente en labores exploratorias y extractivas, las cuales son más redituables que la refinación, que es un negocio que pierde dinero.

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En el primer semestre del año, el área de Exploración y Extracción generó 75 mil 217 millones de pesos de ganancias, contra pérdidas por 19 mil 657 millones en la refinación.
Problemas de fondo
Pemex reportó una ganancia neta de 59 mil 500 millones de pesos en el segundo trimestre de este año, rompiendo una racha de cuatro trimestres al hilo con pérdidas, pero los pasivos siguen generando presión a sus finanzas.
Aunque el endeudamiento de Pemex no es algo nuevo, sí lo son los niveles, la duración de la problemática y que una tercera parte ya son deudas facturadas y no liquidadas.
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Ante eso, a inicios de junio pasado la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros (Amespac) subió el tono de sus reclamos ante los adeudos de la petrolera y las cuentas que no están saldadas. Advirtió que, de continuar el problema, en este mes no podrían realizar sus actividades.
“A pesar de nuestras múltiples alertas, esta realidad ya nos alcanzó”, advirtió la agrupación.
Las empresas petroleras que dan servicio a Pemex también han señalado que enfrentan la falta de pagos, presiones financieras a su escala, despidos, riesgos de embargos y quiebras, además de la inseguridad en regiones petroleras, generada por una menor actividad económica.
Adrián Duhalt, analista del sector energético, señaló que ahora la empresa está en una situación más comprometedora, con un pasivo financiero de casi 100 mil millones de dólares que no ha logrado refinanciar, así como pagos a corto plazo por más de 25 mil millones de dólares.
Además, Pemex está en medio de la lucha contra el mercado ilícito de combustibles, problema en el que se han involucrado tanto el gobierno mexicano como el de Estados Unidos.
“Pemex enfrenta serios problemas financieros y requiere mejorar sus márgenes y seguridad operativa. Dejar crecer el huachicol, al tiempo que la petrolera nacional recibe apoyos financieros del gobierno, equivale a subsidiar, indirectamente, las pérdidas provocadas por el crimen organizado, diluyendo la responsabilidad de las instituciones y comprometiendo la eficiencia del gasto público”, dijo el especialista.