La historia de Juliana Hernández y Grupo Bimbo es un caso paradigmático de cómo la mujer ha ganado terreno en el mercado laboral, y cómo las organizaciones en México están abriendo espacios y creando oportunidades para aprovechar el talento de este importante segmento de la población.
En menos de 16 años, Juliana pasó de ser vendedora a directora de Ventas en Canales Especiales de la panificadora mexicana con alcance global; sin embargo, el camino no ha sido fácil, advierte en entrevista. Por ejemplo, cuando entró a la compañía, en su centro de ventas no había baños para mujeres ni uniformes diseñados para ellas, lo cual era muy raro.
Cuenta que cuando iba a atender a sus clientes, era muy difícil para ellos verla en el camión junto con sus compañeros, pero desde un principio le explicaron que su función iba a ser la misma que la de todos los trabajadores; es decir, no había concesiones por ser mujer.
“Eso me obligó a esforzarme, adaptarme y también poner en la mesa situaciones que tenían que ser diferentes, como el tema de los baños y los uniformes. Y poco a poco se fue abriendo la visión de la compañía y se fue confirmando en hechos y en resultados, de que tenernos a nosotras en la organización era una buena idea”, relata.
Actualmente no es raro ver a mujeres en las rutas, pero también como jefas, como líderes en las diferentes áreas, como en las plantas. Hay cada vez más ejecutivas.
“Para que esto sucediera tuvo que haber una gran apertura de la empresa por integrar programas de diversidad e inclusión. Programas, por ejemplo, de “círculos de liderazgo”, enfocado en el desarrollo del liderazgo de mujeres ejecutivas dentro de la empresa, y todo eso ha contribuido a poner una plataforma diferente para nosotras”, explica.
Otro apoyo muy importante es que, en Toluca, por ejemplo, Grupo Bimbo cuenta con guardería, en donde las colaboradoras de esa zona pueden llevar ahí a sus hijos, sin que el tema del cuidado de los pequeños sea un obstáculo.
La directiva agregó que la política de maternidad dentro de la organización también evolucionó. “Hoy mis compañeras que deciden ser mamás, una vez que regresan de sus periodos de incapacidad, tienen espacios de trabajo en casa. También, por ejemplo, ellas pueden salir más temprano, además de que hay una política de paternidad, para que los trabajadores también puedan ejercer la responsabilidad con los hijos”, destaca.
“Todo esto lo platico, ya que, si bien hay mucho por recorrer, también es cierto que se abren estas posibilidades para que cada vez el camino sea más sencillo para nosotras”.
Existen también otros programas, dirigidos a todos los colaboradores, entre los que destaca la escuela de manejo, ya que la dificultad de saber conducir un vehículo de reparto se había constituido en un obstáculo para que tanto hombres como mujeres pudieran integrarse como vendedores, abriendo así más posibilidades para todos y todas.
Sobre el tema del acoso, Juliana Hernández , afirma que nunca lo vivió dentro de la empresa, pero sí afuera con sus clientes, siendo vendedora. Afortunadamente, siempre tuvo el soporte de sus jefes, quienes la apoyaron en todo momento.
“En Grupo Bimbo nos tomamos muy en serio el problema del acoso, y para nosotros es un tema de tolerancia cero. Tenemos diferentes mecanismos de comunicación con nuestras compañeras para que este tipo de sucesos desagradables se puedan reportar”, menciona.
Hernández ha tenido más de 10 posiciones en la compañía y vivido en tres ciudades diferentes. En ese contexto, reconoce que uno de los grandes desafíos que tuvo que enfrentar en su desarrollo profesional dentro de la compañía fue la resistencia de algunos de sus compañeros a su condición de género como líder.
“Aunque nunca fue un obstáculo que me detuviera, lo cierto es que sí me implicó desarrollar habilidades de comunicación diferentes con ellos, y desarrollar habilidades incluso para demostrar con hechos que lo que yo aportaba al negocio hacía una diferencia importante en nuestros resultados”, dice.
Ella aconseja a otras mujeres que quieran destacar en el mundo laboral romper con los moldes de género, lo que va acompañado de la toma de decisiones, de confiar en ellas mismas y en dar resultados.
“Que se tengan mucha confianza, porque todos nos podemos equivocar. Hay que asumir riesgos, aprender de los errores y ser muy generosas. Y cuando las cosas salgan mal, sepamos que no se acaba el mundo, que es una oportunidad de volver a aprender, y sigamos adelante con mayor impulso”, subraya.
Sobre lo que distingue a Grupo Bimbo es que es una empresa con una cultura y un gran compromiso con las personas.