El gobierno de la autodenominada Cuarta Transformación vuelve a la carga en su propósito de tener la identificación biométrica de huellas, rostro e iris de todos los mexicanos y busca retomar un programa archivado en 2019 por falta de recursos.
Más aún, la Secretaría de Gobernación (Segob) reconoció que el Covid-19 también impidió en 2020 concretar la adquisición de equipos especializados para “procesar la información biométrica de los mexicanos y asegurar la unidad del Registro Nacional de Población para identificar a la población”.
La nueva fecha de conclusión de la base de datos biométricos de los mexicanos se difirió para diciembre de este año o, si fuera necesario, para 2022.
El argumento es que desde octubre de 2019 se realizaron diversas reuniones con la Dirección General de Programación y Presupuesto de la SHCP para asignar presupuesto para la ejecución del programa en el paquete económico 2020. En febrero de ese año se concertaron las reuniones para solicitar los recursos necesarios “ya que en el PEF 2020 no habían sido considerados”, indicó.
Al mismo tiempo se exploraron alternativas para contar con recursos provenientes de la propia Secretaría de Gobernación, pero los recursos asignados “no eran suficientes”, señala el oficio No. CI/941/013/2021.
Aunado a lo anterior, el decreto por el que se establecieron las medidas de austeridad en la administración pública federal complicó aún más las cosas. Además, cita que “como consecuencia de la pandemia generada por el SARS-CoV-2 (Covid-19), la administración pública federal se vio obligada a destinar más recursos para la atención de esta contingencia, principalmente en el sector salud, reduciéndose en algunos casos hasta 75% el presupuesto otorgado, por lo que en 2020 esta dependencia no logró contar con la suficiencia presupuestaria requerida para el programa”, precisó.
La justificación
El 2 de enero de 2020, El Gran Diario de México publicó que la 4T buscaba datos biométricos de todos los mexicanos.
En un informe clasificado como reservado hasta el 29 de octubre de 2024, la Segob pretendía entonces adquirir licencias de software especializado en huellas digitales, rostro e iris para conformar la base definitiva del Renapo, pues consideraba, en ese momento, que “la identidad de al menos 117 millones de mexicanos que no tienen registro biométrico está en riesgo todos los días del año, en cualquier lugar y bajo las situaciones menos sospechadas”. El dato actualizado de la brecha o déficit de mexicanos sin datos biométricos asciende a 107 millones.
Hasta ahora se tiene el registro biométrico de 7 millones de menores de edad y 24 millones de adultos que están en poder del IMSS, ISSSTE y del que fuera el Seguro Popular.
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